Esta semana inició la batalla por el DF, por primera vez desde 1997 el PRD se enfrenta a una situación de alto riesgo,  ya que este proceso electoral va más allá de obtener el triunfo en las Delegaciones y  lograr la mayoría en la Asamblea, lo que está en juego es futuro y poder.

El panorama es terrible si consideramos los resultados que obtuvieron en la elección de 2012, se posicionaron como la segunda fuerza electoral en el país. Después de aquel suceso vino la dilapidación de gran parte de su capital político, malas decisiones, ausencia de resultados y renuncias, han comprometido la estabilidad del partido. Hagamos un breve recuento.

- El acercamiento. La adhesión al Pacto por México y en consecuencia la cercanía con EPN, no fue bien visto por un amplio sector de la militancia, tampoco por sus simpatizantes ni por sectores críticos de la sociedad que vieron cómo se desdibujaba la posibilidad de contar con un partido de oposición, necesario para el equilibrio del poder. En el recuento de los daños, esta aventura reportó pérdidas excepcionales.

- Mancera.  Es sorprendente que la ?estrella? del partido sea un ciudadano que no quiere afiliarse al partido, lo anterior agudiza la crisis y evidencia la ausencia de propuestas al interior. El actual jefe de gobierno es bastante impopular  y mediáticamente poco atractivo, sin embargo, Mancera no deja de pensar en el  2018, su proyecto es con o sin el PRD, esa falta de definición debilita a la agrupación e impide la construcción de un proyecto común.

- Renuncias. Salieron  Cárdenas, AMLO y Ebrard, ex jefes de gobierno, dos de ellos ex candidatos presidenciales, de los tres AMLO, el más influyente, lo respaldan 30 millones de votos en dos elecciones. Y ahora desde Morena compite por la ciudad, en su presentación tiene amplias posibilidades de ganar en  Iztapalapa y Cuauhtémoc y un buen número de diputaciones locales de acuerdo a algunos sondeos. 

- La pulverización del voto. El proceso de selección de candidatos confirmó la falta de interés para presentar a los ciudadanos las mejores propuestas, las candidaturas se asignaron con base en acuerdos poco transparentes, dando como resultado candidatos impresentables.  La insatisfacción de los relegados resultó en más renuncias, líderes y dirigentes con votos e influencia en sus demarcaciones  hacen campaña desde este lunes  en favor del PRI-Verde y de Movimiento Ciudadano, aunque no lo expresen vencer al PRD es un incentivo adicional.

- El desgaste. Dejar de lado los logros y la transformación que se dio en la ciudad con la llegada del PRD me parece un acto de mezquindad, es importante mencionarlo, no obstante que actualmente se vive un desastre, las delegaciones son operadas por pequeñas mafias, el combate a la corrupción es una fantasía, el transporte público el purgatorio, en fin, la lista es infinita. La insatisfacción de los habitantes por los pésimos resultados de los últimos años será capitalizada tanto por el PRI, su filial el Verde, el PAN y Morena.

Pero no todo está perdido, al PRD le quedan los recursos, los programas sociales, las tarjetas, los vales, las despensas y el voto duro. Será hasta el 7 de junio cuando los números indiquen el rumbo que tomó la ciudad.