El pasado jueves 19 de Febrero presenté mi libro intitulado El Sistema Presidencial Mexicano ¿Realmente la Dictadura Perfecta? de Editorial Flores, en el Auditorio Dr. Eduardo García Maynez de mi querida Facultad de Derecho de la UNAM.

Y lo anterior no pretendo que se lea como mensaje publicitario ni mucho menos, únicamente quiero hacer alusión a los principales comentarios vertidos por los ponentes en dicha presentación, que bien valen la pena mencionar y reflexionar sin que nos apasionemos mi querido lector.

El presidium fue integrado por los Doctores Pedro Peñaloza, Armando Soto Flores, Antonio González Camacho, quien funge como precandidato del PT a la Jefatura Delegacional de Xochimilco, así como los Maestros Guadalupe Rivera Cortines, Gerardo Hierro Molina, y como Moderador el periodista y productor de Televisión Azteca, Proyecto 40 y Grupo Fórmula Jorge Sandoval.

La parte medular de esta presentación estribó en severas críticas tanto a nuestro sistema presidencial, como a la actual clase política que prevalece en nuestro país, en el sentido de que ni la derecha ni la izquierda existen, de que nos encontramos bajo el punto de vista de coincidencia de los ponentes, en un estado posiblemente fallido, y dichas manifestaciones sin el afán de radicalismo de ninguno de ellos.

Lo anterior en virtud de las tragedias como la de los normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerrero, la de la ejecución de civiles en Tlatlaya, Estado de México, las ejecuciones de activistas y periodistas, así como los lamentables y cuestionados casos de las desgracias de la Guardería ABC, y actualmente el del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, en el Distrito Federal.

En efecto, se hizo notar por los comentaristas el actual "servilismo", por así llamarle de alguna manera, de todos los partidos políticos en las Cámaras de Diputados y Senadores respecto a la aprobación de las iniciativas del Presidente de la República con observaciones y discusiones mínimas, llegando hasta las ternas donde nuestra propia Constitución Política permite la intromisión del Ejecutivo Federal y Senado en el nombramiento de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, cuando el Poder Judicial es un ente autónomo, tal como lo son Ejecutivo y Legislativo, además de ser éste el encargado de administrar justicia.

Es por lo anterior, el título de esta humilde columna, por el cúmulo de atribuciones que hoy por hoy el Presidente de la República, que tanto por nuestra Constitución, como por la clase política actual que le consiente todos y cada uno de sus actos, sin restricción alguna, ejerce, tal y como Maquiavelo en su obra "El Príncipe", que dicho sea de paso, es libro de cabecera de todos los políticos, lo diseña, y que por ende, dicha obra, sigue y seguirá vigente.

El fin justifica los medios mi querido lector.