El 21 de septiembre de cada año se celebra el día internacional del Alzheimer con la finalidad de brindar información de esta enfermedad para toda la población. Informarse y conocer más sobre este tema es de suma importancia debido a que corresponde a la demencia más frecuente que afecta alrededor de 30 millones de personas. Las proyecciones calculan que en los próximos 30 años podrían verse afectadas alrededor de 130 millones de habitantes.
En términos generales una demencia corresponde a un grupo de enfermedades de desarrollo progresivo y larga duración que se caracterizan por un deterioro en las capacidades intelectuales de quien la padece. Puede alterarse la memoria, la velocidad de pensamiento, la conducta, la capacidad para hablar, realizar cálculos aritméticos simples, el juicio y en casos más serios, la conciencia de si mismo. Existen muchos tipos de demencias y muchas las causas que las originan, sin embargo, la demencia más frecuente corresponde a la enfermedad del Alzheimer.
Actualmente no se cuenta con una cura para las demencias, por lo que en la prevención es el único terreno donde hay mucho por hacer. Diversas enfermedades pueden contribuir al desarrollo de demencias y de Alzheimer. La hipertensión, la diabetes, el consumo de alcohol, la obesidad y el tabaquismo representan los principales factores de riesgo para personas menores de los 65 años. Por el contrario, el estilo de vida corresponde al principal factor que pueden retrasar la aparición de la enfermedad. Actividades recreativas, de esparcimiento, el ejercicio físico regular y la dieta de tipo Mediterránea son los factores que se han identificado como protectores contra el desarrollo de Alzheimer. En este sentido, se han identificado factores de riesgo para Alzheimer que pueden ser modificables y otros que no son modificables. Con respecto a estos últimos encontramos a dos de gran importancia, la edad y los factores genéticos hereditarios. Antecedentes de familiares cercanos que han padecido Alzheimer, así como ser mayor de 65 años aumenta la probabilidad de padecer la enfermedad.
Por otro lado, existen numerosos factores que pueden ser modificables y es aquí donde todos tenemos mucho por hacer. Los expertos han identificado factores de riesgo modificables y factores protectores. Dentro de los factores de riesgo modificables se encuentra el control médico adecuado de enfermedades como la hipertensión, el aumento de los niveles de colesterol sanguíneo, la diabetes, la obesidad, y el tabaquismo. La falta de atención de estas enfermedades aumenta de manera importante las probabilidades de desarrollar la demencia. Aunado al punto anterior, los factores protectores que pueden reducir el desarrollo de Alzheimer, se encuentran cambios en el estilo de vida, como la dieta Mediterránea, el ejercicio físico rutinario, el nivel educativo, las actividades de ocio, actividades intelectuales y la convivencia social.
Poner especial atención en toda acción que prevenga el desarrollo de Alzheimer no debería ser una opción personal, ya que las demencias son enfermedades incapacitantes que limitan la autonomía de las personas y obliga al cuidado de quien lo padece con el consecuente costo social y económico que eso representa. Es importante no descuidar nuestra salud y favorecer todo lo que pueda mantenerla. Informarnos adecuadamente es el primer paso para el cuidado de la salud.