Hace unas horas el Doctor José Narro Robles, anunció no solo su dimisión de la contienda para dirigir el partido en el que varios priístas nos acabamos de enterar lleva militando 46 años, sorpresivo ya que durante su muy respetable carrera académica manejó un perfil apartidista, un perfil más agradable y de ambiente estudiantil.
Al salir de este instituto político emitió varias declaraciones que me llaman la atención, dijo que el proceso para dirigir el PRI estaba manipulado por el Gobierno Federal, que siempre ha considerado a la simulación como un mal indeseable, que hay un preferido de la “cúpula del PRI”.
Resalta la palabra “cúpula”, se habla de una cúpula partidista que toma decisiones en lugar de la militancia, si no mal recuerdo, hace unos meses el Doctor Narro fue señalado por ser el candidato de esa cúpula, y por ello se hizo la simulación de los demás contendientes que promovieron la consulta a la base.
Recuerdo también que esa “cúpula”, lo llevó hace no mucho, el sexenio pasado a ser Secretario de Estado, y además perfilarse como uno de los presidenciables dentro del PRI. Hasta ese entonces, el Doctor estaba de acuerdo con las decisiones que se tomaron, por ejemplo, llevar a un impresentable Ochoa Reza con militancia y credencial inventadas a la Presidencia del Partido, no recuerdo al Doctor Narro protestando por esa intervención y decisión del Gobierno Federal, por cierto tampoco protestó por las listas plurinominales donde hacen al mismo Ochoa Reza Diputado Federal.
Esa “cúpula” que hoy señala es la misma que lo llevó a despegar una carrera política fuera de la academia, estamos viviendo el fin del PRI a manos de desequilibrados políticos que no respetan la última sigla de nuestro partido: “INSTITUCIONAL”, la pronta rebeldía y justicia que algunos exigen hoy por no ocupar cargos, es la misma justicia que exige la militancia desde hace muchos años, solo que ahora les tocó vivir en carne propia el sentimiento del priísta relegado, el priísta de base que es buscado sólo en campañas para llenar mítines.
Me uno al sentimiento del Doctor Narro, me sumo a esa protesta, solo que su voz no es legítima, ya que por mucho tiempo fue parte de eso que hoy critica.
Para tener el pico largo se tiene que tener la cola corta.