Son seis los candidatos que buscan la presidencia del PRI. Por razones varias, los tres que más suenan son: Ivonne Ortega, ex gobernadora de Yucatán; José Narro, ex rector de la UNAM y secretario de salud con EPN, y Alejandro Alito Moreno, actual gobernador de Campeche.

Pero, ante todo, cabe preguntarse el porqué ser presidente de un partido moribundo.

¿Qué le ven al PRI?

√ Cuando su aún presidenta dijo que tal vez lo mejor sería enterrarlo e iniciar un partido con otras siglas.

√ Cuando pasó de ser el “partidazo” a la marca más odiada.

Algunos lo ven cómo el último reducto para un “hueso” a través de una “plurinominal” o para vivir de las prerrogativas que otorga el INE a los partidos, si bien nunca habían sido tan reducidas como lo son ahora. 

Otros ven la oportunidad de ser una oposición real y, sí, hasta volver a contender por la grande en un futuro. 

Y es que solemos olvidar que así como de la nada se han hecho partidos, de la derrota se han vuelto a recrear. Basta preguntarles a unos cuantos españoles en nuestra madre patria...

Método de selección

Después de muchos dimes y diretes — que si por decisión de la cúpula de dicho instituto político, por votación cerrada de la “nomenklatura”, vía elección abierta a los militantes o con el dedazo del consejo nacional— se optó quedar abiertos a una selección de los militantes.

Mismo ahí hubo problemas; primero se pidió el apoyo del INE y cuando les llegó el costo ($230 millones de pesos), Claudia Ruíz Massieu dijo que mejor no.

Otra vez se intentó un “motín” y que la elección fuera por decisión del consejo nacional, pero dado que la composición de fuerzas ahí dentro fue sufriendo cambios notables, se optó por lo que ya se había acordado.

Poderes fácticos… en el pasado

√ Peña Nieto. No solo por haber perdido la presidencia al no haber apoyado a su candidato, sino que perdió —y de forma estrepitosa— las bases, a los verdaderos priistas. A las estructuras que nunca tuvo a bien siquiera agradecer por su triunfo. Prefirió premiar y sostener a elementos tan cuestionados como son Mario Marín (hoy con orden de aprensión en más de 200 países).

√ Manlio Fabio Beltrones, el “último gran político”. Nunca negará su amistad con Alejandro Gutiérrez —quien cuenta con fallo condenatorio por malversación de dineros públicos— , pero lo cierto es que de lo que resulte de la última resolución al respecto del exfuncionario le afectará de manera directa.

√ La misma Claudia Ruiz Massieu, presidenta del PRI. Porque está más interesada en su senaduría.

√ Aquellos —muchos, la mayoría— quienes solo ven al partido como guarida en tiempos difíciles.

Debilitamiento de Narro

Coincide con la condena de Gutiérrez, que lo ligan con EPN, por ser cuestión de financiamiento de su campaña y de forma indirecta con Beltrones. Así, la fuerza de ese grupo se ve menguada por este otro escándalo. Por lo mismo, la capacidad que tenían de imponer a su candidato Narro se ha visto mermada. El ex rector a la baja.

Fortalecimiento de Alito

El PRI se decanta por el campechano por varias razones:

√ La elección sí va abierta a los militantes, entre los cuales Alito se mueve mejor que Narro.

√ El propio Alejandro presiona —y mucho— que se definan ya las reglas, no solo el método.

√ La única forma de que el PRI salga adelante es volver a sus orígenes, a la gente. Escuchar a los verdaderos militantes y eso lo sabe hacer Moreno Cárdenas.

√ Es el único de los candidatos que teniendo una encomienda pública (y por ende, podría quedarse ahí), busca empujar al PRI y su futuro.

Una cosa es una cosa, y otra cosa es… ¡Ahora resulta!

La periodista Lourdes Mendoza, en uno de sus más recientes artículos en El Financiero, mencionó que ella también ve que Alejandro Moreno se dibuja como puntero para contender por la presidencia del Tricolor. Sugiere, no obstante, con un dejo de oposición a este, que los presidentes de los partidos no puedan aspirar a otros puestos de elección popular y usar la presidencia como trampolín para ocupar otros cargos.

Tiene razón si se piensa en un Ricardo Anaya (PAN) o un Roberto Madrazo (PRI). Ambos personajes son casos patéticos que lastimaron y resquebrajaron a sus partidos. Pero es un absurdo, si olvida al máximo exponente de ser presidente de un partido y ganar. No solo eso, incluye inventar un partido, ser su presidente y llegar a la presidencia. Obvio, es de Andrés Manuel de quien se habla. En el fondo, querer regular eso, resulta en un despropósito sin fundamentación. 

En todo caso, muy pronto sabremos si el PRI presenta probabilidades de continuar, inventarse y rehacerse, o si solo lo pretenden para terminar con él y cobrar el seguro...