En unos meses, el PRI tendrá un cambio en su dirigencia. Tal vez este sea uno de los procesos más complicados que ha vivido el partido durante los últimos años. Quien quede frente al partido tendrá la responsabilidad de marcar el rumbo de éste, no sólo frente a la realidad política a la que nos enfrentamos, sino de dotar de un nuevo significado al priismo del país.
Ante eso, hoy miro con preocupación las formas en que se comienzan a comportar los compañeros de partido -que no precisamente son sólo los candidatos-. El uso de bots para descalificar a quienes hoy ocupan puestos de liderazgo, los malabares con un discurso de bases para jugar con las exigencias legítimas de democratización del partido o la crítica no constructiva me llevan a pensar que no se ha entendido la derrota del primero de julio del año pasado. Si el PRI quiere ser un partido que responda a las necesidades de los y las mexicanas, tiene primero que eliminar estas prácticas en su interior.
El buscar el poder por el poder es un acto rechazable en todo sentido. La política es una actividad para la sociedad no para el interés personal. Es imperante que antes de que comencemos oficialmente el periodo de campañas, los priistas entendamos que lo que está en juego es el Partido Revolucionario Institucional y no el nombre de un político. Somos un partido con historia y principios; hemos sido parte de la transformación del país en cada uno de sus rincones. No es posible entender al México moderno sin el partido; por eso nuestra responsabilidad es mayor.
Tenemos que recuperar la confianza que perdimos por nuestros errores, hacer una crítica constructiva y entender el papel de cada uno de los actores que han integrado nuestro partido; desde las bases hasta las dirigencias. Ningún priista es prescindible en este momento; necesitamos manos que toquen puertas y mentes que debatan ideas. Debemos ir a los ciudadanos, ellos no vendrán por sí solos.
Como ya lo dije, la próxima dirigencia será clave en la historia del PRI. Sin embargo, en estos momentos nos enfrentamos a diversos retos que urgen de unidad interna. En este sentido, quisiera invitar a los precandidatos a la presidencia del partido a unirse para el próximo proceso electoral y apoyar a los priistas que cada día desde sus esquinas luchan porque el PRI recupere la confianza del ciudadano. El lunes Porque antes que ser “parte del grupo de” somos priistas.