Mientras el gobierno federal y los estatales informan grandes avances en sus administraciones, repunte en la economía y futuras acciones que podrían beneficiar a los mexicanos o a los grandes capitales, la sociedad está colapsada.
El mexicano está más pobre cada día, y sí es cierto que la pobreza extrema ha disminuido, pero la pobreza laboral ha aumentado, y esto significa que no se está ganando lo suficiente para poder cubrir los mínimos de bienestar, comer, vestir y tener techo.
Los indicadores señalan que disminuyó la pobreza extrema, el Coneval informó que en 10 años el porcentaje de la población total en pobreza extrema pasó del 11 a 7.4% y con esto se vanagloriaron los gobernadores como el de Oaxaca, sin embargo, también se dio a conocer que aumentó la pobreza en general, hay más de 52 millones de mexicanos que no pueden comer tres veces al día.
La Cuarta Transformación no puede disminuir, todavía porque tendrían que pasar muchos años, las brechas sociales, es una constante que sobrepasa las buenas intenciones, firmando pactos por el país, tampoco cambiará la actual realidad, porque no hay trabajo formal, no hay estabilidad económica y seguimos dependiendo alimentariamente de Estados Unidos.
En este momento no se trata de apostarle a los grandes capitales, a las empresas y a la inversión privada, se trata de asegurar que los mexicanos tengan comida, porque seamos francos, si quieren industrializar el sur-sureste del país, ¿quién será la mano de obra barata?, pues los que vivimos en esta zona, pero si no podemos comer, no vamos a funcionar.
La verdad es que no ganamos lo suficiente para poder comprar lo mínimo en el súper o en el mercado, aquí estoy segura de que miles de personas dirán que hay que comprar a los pequeños productores, como las personas que vienen de la Sierra Norte y Sur en Oaxaca, a vender sus pequeñas bolsas de manzanas, aguacate, durazno y café.
Y es en donde muchos de los trabajadores no pueden ir al mercado y por lo tanto se compra en los súper mercados que están abiertos cuando salen de trabajar, y no es malo, el problema es que no tenemos capacidad de compra, porque el aumento de los salarios es más bajo que el aumento de la inflación, o sea no podemos comprar suficiente comida con los salarios que tenemos.
La clase media ha pasado a ser pobre, su capacidad de compra ha disminuido, y aunque el salario mínimo haya aumentado este 2019, las políticas de las empresas privadas fue congelar el salario de todos, entonces si antes ganábamos 3 salarios mínimos, ahora ganamos 2.
La realidad mexicana es que el poder de compra real es menor al poder de compra nominal, o sea no podemos contra la inflación de los precios.
Simplemente, un kilo de tortillas en la ciudad de Oaxaca cuesta entre 15 y 18 pesos, y el salario mínimo es de 102 pesos, con esto se podría comprar 6 kilos diarios y si solamente comieran tortillas podrían comer las tres veces al día, sin embargo, muchas familias sobreviven con 1 y 2 salarios mínimos, por lo tanto, en una casa promedio de 4 personas, tienen que comer con un poco más de 200 pesos al día, y pagar servicios, ir a la escuela, pagar transporte, diversiones, etc.
La verdad es que las cifras que reportan sobre el aumento del ingreso laboral, en la disminución de la pobreza extrema, el aumento al salario mínimo y otros, son cifras que la mayoría de la gente no tiene tiempo de estar analizando y si el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que crecerá la economía del país, todos aplauden, y si el gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat dice que el estado está creciendo y progresando, solamente los empleados de gobierno y los empresarios de grandes capitales nacionales le aplauden porque vivimos en una inseguridad absoluta.
Vivimos sin empleo, sin comida, sin dinero circulante, y con asaltos, homicidios, bloqueos, y mucha fiesta, porque no hay certeza de qué pasará en Oaxaca y en el país.