Ahora que estamos en pleno desarrollo de las campañas electorales para elegir a los 500 diputados federales que tomarán decisiones más importantes de la índole legislativa en nuestro país, aprovecho para hacer algunas observaciones que a muchos nos han hecho tener conjeturas acerca de lo que estamos viendo en los medios de comunicación. A pesar de que existen campañas para diputaciones y presidencias municipales de muchos Estados de la República no he visto ninguna propuesta en donde a través de trabajo legislativo se pueda beneficiar a la ciudadanía en cuestión de su poder adquisitivo, ya sea por el impulso de incrementar los ingresos de la clase trabajadora, o bien, generar más ahorro con la disminución del alza de precios en productos y servicios que son proveídos tanto por los niveles de gobierno como por el sector público.

Es necesario propuestas que puedan ser congruentes con la situación económica que se vive hoy en México, la cual no es muy alentadora, pero tampoco estamos hablando que estamos viviendo una hecatombe financiera como las que se generaron con el error de diciembre o con la crisis derivada de la paralización económica de Estados Unidos que se vivió en el 2008. Sin embargo, no estamos en periodos de bonanza, en donde las propuestas que se hacen a la ciudadanía se adapten tan fácilmente en la manera de pensar de todos los grupos sociales. Se necesita adaptar un sistema de propuestas realistas, que consideren los factores endógenos y exógenos tanto económicos como sociales de nuestro entorno, no se pueden hacer propuestas en donde el candidato no tenga las posibilidades para cumplirlas, recuerde que el trabajo legislativo tiene como función primordial la promulgación y adecuación de leyes, tal como lo vimos con las reformas estructurales, que fueron eficientemente promulgadas y aprobadas, casi de manera ejemplar, pero que sin embargo no han sido eficientemente aplicadas en beneficio de todos los ciudadanos y que no se ha incrementado ni asegurado la calidad de vida de principios del 2014 a la fecha.

Esperemos que los candidatos que resulten electos tengan la astucia y sabiduría de poder analizar y proponer iniciativas de ley que fomenten la generación de empresas, mecanismos para la preservación y consolidación de las PyMES, iniciativas que brinden educación financiera y principios de emprendimiento a los ciudadanos desde el marco de su educación básica, leyes que protejan y promuevan el mercado interno para que los productos y servicios que se generan en México sean prioritarios en el consumo de los mexicanos y que sobre todo seamos los mismos mexicanos los que aprovechemos de primera cuenta los recursos que nuestra nación nos ofrece.

Los ciudadanos necesitamos cierta seguridad en el ambiente que nos permita arriesgar nuestro patrimonio para la creación de empresas o para la expansión de las que ya se tienen, con eso se podrá incrementar el número de empleos, el índice de productividad y mejorar la cadena de suministro de todas las entidades, y por ende, mejores salarios, es hora de escuchar propuestas que sean tangibles y medibles en el bolsillo de todos los ciudadanos.