La Ciudad de México tiene miles de problemas que afectan a la calidad de vida de su población: contaminación, falta de agua, hacinamiento, carga vehicular e inseguridad, ¿por qué entonces la gente sigue llegando a radicar ahí?

Pese a todos los negativos, los servicios y el trabajo son mejores que otras zonas del país, por lo que es y seguirá siendo el corazón de México con Universidades prestigiadas, dependencias federales, oficinas centrales de diferentes empresas, hospitales de especialidades, espectáculos, entre muchas otras cosas.

Pero nuestro antiguo imperio azteca se acento sobre zonas de lagos y al mismo tiempo entre placas tectónicas en movimiento, los sismos son un recordatorio de que la gran urbe ya es insostenible y que es cuestión de tiempo para que la tragedia vuelva a destruir sus cimientos.

El servicio sismológico nacional registro 27 sismos de magnitud fuerte (mayor o igual a 5.5 escala de Richter) en el país tan sólo el año pasado, y en el presente año van 5, en lo referente a la CDMX debemos recordar el sismo del Ángel en 1957 el cual dejó 59 muertos, el sismo de 1985 año fatídico, con más de 10 mil muertos y recientemente el 2017 cuya cifra negra sumó 369 muertos.

Un dato aún más aterrador proporcionado por la UNAM el cual nos da un panorama desolador: “…Estos sedimentos (zona blanda) provocan una enorme amplificación de las ondas sísmicas en la Ciudad de México que, probablemente, sea la más grande reportada en el mundo. La amplitud de las ondas sísmicas con períodos cercanos de 2 segundos en zona de lago o zona blanda (colonias Roma, Condesa, Centro y Doctores) puede llegar a ser 50 veces mayor que en un sitio de suelo firme de la Ciudad de México.

Es una bomba de tiempo y la solución se debe plantear en la agenda de los actuales gobiernos locales y el gobierno federal además de integrar las propuestas de campaña de los candidatos a Presidente y Jefe de Gobierno, planteando una solución inteligente al peligro latente, a la par de cuestiones irremediablemente ligadas como la descentralización, el medio ambiente, la sobrepoblación y la movilidad en la capital.

Algunas de las opciones ya han sido trazadas: Los polos de desarrollo del país ubicados en el norte y sur deben equilibrar la concentración de capital humano y explorar modelos de ciudades sustentables, ¿Qué van a proponer los candidatos?

Lo que queda por hacer como ciudadanía es tener un plan de emergencia y no hacer modificaciones a una casa sin antes consultar sobre las normas establecidas, sobre todo seguir actuando con la solidaridad que nos caracteriza a casi nueve millones de almas.