Andrés Roemer ¿pensará que la violación es una de las bellas artes?
El “intelectual orgánico” de TVAzteca salió huyendo a Tel Aviv, desde dónde mandó un comunicado: “¡No sean cobardes! ¡Respeten mi presunción de inocencia!”, y, en lo que se deslindan responsabilidades, me llaman la atención dos cosas del caso Andrés Roemer:
1. Se le acusa de violar dos veces a la misma mujer, lo cual es inusual, e indicativo de una total indefensión hacia la víctima. Parece un perverso “rolling gag”. Me recuerda el chiste de Caperucita, cuando le dice al Lobo Feroz: “Te voy a acusar de que me violaste dos veces”, el Lobo la corrige: “Solo te violé una vez”, y la Caperucita replica: “¿Qué? ¿Ya te vas?”
Violar una vez es grave, violar dos veces es una expresión de confianza en una total impunidad. Si no me entero de que Roemer se dio a la fuga, no repararía en que abusaba de la misma persona, como el malvado señor Baek de la película “Simpatía por la Señorita Venganza” (Chan-wook Park, 2005).
La UIF, congela cuentas bancarias a Roemer por lavado de dinero, no por depravado.
2. Por encima de un montón de denuncias por abuso sexual (que incluyen a la bailarina Itzel Schnaas), la Unidad de Inteligencia Financiera le congeló sus cuentas no por depravado, sino por lavado de dinero. ¿What? ¿No olvidaron algún otro pequeño delito por ahí? ¿Tráfico de órganos, prestarle dinero a García Luna, irle al América?
Entre el delito sexual y el delito fiscal, hay un gran trecho, pero si se quisiera encontrar una línea que los una, estaría “la trata”, el tráfico de personas, la clientela acaudalada que busca menores de edad, tipo el Clan Succar-Nacif-Marín. Turbios negocios de narcos.
Lo que no le ayuda al señor Andrés Roemer, es que tiene todo el tipo de villano (inclusive tiene nombre de científico nazi, aunque se vaya a esconder a Israel).
La semblanza de un psicópata
Estuve revisando la biografía del escritor, diplomático, académico, y solo encontré datos que lo convierten en un psicópata refinado y probablemente caníbal, tipo Hannibal Lecter:
Es filántropo (la coartada perfecta para todo criminal acaudalado). Ha impartido cursos en universidades gringas y en el ITAM (ojo, allí dio “Economía del crimen”, quizás en sus apuntes, la policía encuentre información valiosa sobre su atormentada psique). Fue asesor de Carlos Salinas de Gortari (peso completo de los Genios del Mal). Fue destituido como embajador de México ante la Unesco por votar en contra sobre una resolución que ignora los vínculos del judaísmo con el Monte del Templo en Jerusalén (votar en contra de algo así, solo lo haría quien escucha una voz que le susurra: “Soy Samael…, te ordeno que violes dos veces a la misma mujer”).
¿Quién solapa a Andrés Roemer?
Recibió la Condecoración de Honor, grado de Oficial de Cruz, por manos de la embajadora de Austria Eva Hager (¿quién no enloquecería mirándose tal medalla frente al espejo, escuchando “la cabalgata de las Walkirias”?)
Le acaban de retirar su mandato como Embajador De Buena Voluntad en la UNESCO. ¡Un momento! ¿Quién inventó ese cargo? Debe estar más loco que Roemer, ¿en qué consiste? Quizás en que el embajador no cobra, pues trabaja “De Buena Voluntad” (y quizá no tenga que salir del país, ni de su casa, ni de su cuarto, ni de su cama, sino que hace home diplomacia office).
Aunque casi toda su labor tiene que ver con la economía, la ecología, el derecho, las políticas públicas y “el liderazgo”, escribió la obra de teatro “El Otro Einstein”, lo cual, nos muestra a un tecnócrata con delirios artísticos (¿pensará que la violación es una de las bellas artes?)
Como escribió Stepehen Crane: “Todo pecado es resultado de una colaboración”. Evidentemente, Andrés Roemer, amparado bajo el prestigio de su brillante carrera, tiene cómplices y gente que lo solapa. La corrupción no solo es un asunto de dinero, también es moral, y gangrena a los grupitos de poder de todos los gremios, desde los medios informativos hasta los consulados, donde quienes se creen superiores se protegen, como buena corporación de villanos.