Finalizó enero, motivo de preocupaciones, anhelos, planes, promesas, sacrificios, etc. Y ahora viene el mes del amor, y se cambia todo lo anterior por chocolates, globos, envolturas lindas, moños hermosos, tarjetas, y demás. Esto es un gran respiro ¡qué bien que hay un día para sentir tanto amor!
Todos tenemos por lo menos a alguien que nos diga, feliz día y nos regale una paleta de dulce o algo así y si no, nosotros lo hacemos. Todo es muy bonito, muy mágico, pero realmente de todas las personas con las que convivimos, a cuántas de ellas consideramos amigas o amigos, a cuántos les tenemos confianza, a cuántas de ellas apreciamos realmente. Trabajando con jóvenes y al hacer un ejercicio para conocer precisamente cuántas personas forman parte importante en sus vidas, personas realmente significativas, casi todos coinciden en que son muy pocas. Al anotar sus nombres se sorprenden de que estén algunos y otros no, y cuando se les dice que si quieren compartir quienes son las personas que anotaron en su lista, sonríen y algo ilumina su mirada. Qué bueno ser alguien significativo para alguien, sea la relación que sea o cualquier tipo de parentesco, porque ellos me han hecho saber con lo que expresan o piensan de cada una de esas personas, que cuando alguien se gana un lugar en el corazón de alguien más, lo hacen para siempre. ¡Buen fin de semana!