El ambulantaje es un trabajo no formal en nuestro país que da sustento a más de más de la mitad de familias mexicanas, la falta de empleo, la pobreza, la oferta y la desigualdad, han fomentado que el comercio no registrado aumente y que 57 por ciento de la población Económicamente Activa esté ocupada en actividades no reguladas.

Las calles están ofreciendo una fuente de ingreso ante el desempleo, que aprovechan agrupaciones delictivas, las cuales tienen el control de las zonas y exigen pago de “derecho de piso” para que los comerciantes realicen sus actividades.

Los gobiernos locales tienen registro de muchos puestos ambulantes, pero la mayoría de ciudades, están invadidas por estos puestos, las ciudades coloniales han perdido mucho al tener a millones de vendedores invadiendo sus calles, como Oaxaca de Juárez, que es ciudad patrimonio, en donde el zócalo y las calles aledañas albergan a más de 8 mil puestos, que no están registrados en su mayoría por el gobierno municipal, ya que el control de estos puestos recae en 32 organizaciones de comerciantes. Además de la invasión de grupos indígenas como los triquis, que han encontrado su modus vivendi por medio de la venta de artesanías y otros artículos, algunos de ellos piratería de origen chino.

Ahora los turistas se enfrentan a un paisaje lleno de puestos semifijos, a violencia porque algunas veces se pelean entre organizaciones por el control de los espacios y de delincuentes que aprovechan la sombra de los puestos para cometer atracos, sumado a la indolencia del gobierno municipal de Oswaldo García, por no poner un freno al ambulantaje y dignificar los espacios públicos.

En el caso de la ciudad de Santiago de Querétaro los ambulantes recorren las calles por las noches, provocando un poco de incertidumbre como turista por el miedo a ser asaltado, muchas personas venden la tradicional muñeca otomí artesanal de Amealco, la famosa “Lele”,  en donde personas portando la vestimenta tradicional de este grupo indígena la ofertan, sin embargo, muchos de ellos son revendedores, que quizá no está pagando un precio justo a los artesanos.

En Guadalajara el comercio informal que invade por las tardes, Cuernavaca, la Ciudad de México, Morelia y muchas ciudades más en todo el país, presentan un comercio informal que genera en muchos casos, focos rojos, por la violencia y la inseguridad que prevalece en las zonas donde se establecen.

La falta de pago de impuestos, la piratería, el control por las plazas y la violencia generalizada llama la atención para que se regule este problema. En la Ciudad de México, el comercio informal genera el 40% de PIB, pero la gente que se dedica al ambulantaje al no para impuestos y carecer de una regulación propia su situación, carecen de seguridad social y prestaciones en general

Por el momento la Cámara de Diputados federal buscará regular esta problemática a través de cambios en las leyes, ya hay dos propuestas, una sería la reforma al Artículo 5 de la Constitución para que se incluya la figura del trabajador en el espacio público. Y la segunda es una propuesta para reformar el apartado A y B de artículo 123 constitucional, y agregar un apartado C a este sector.

Al final de cuentas, urge en todos los niveles una regulación sobre el ambulantaje porque la invasión de las calles provoca mucho caos entre la ciudadanía.