Para alcanzar la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD) la actual directiva lo logró después de aplastar con encono al otro suspirante: Marcelo Ebrad, sin considerar costos políticos y olvidando que el destruir acaba destruyendo a uno mismo, dividiendo jamás se suma. El cambio de estrategia, previó consenso con los grupos de poder dentro del Instituto Político por la nueva dirigencia encabezada por Carlos Navarrete, promovió hacer a un lado el enfrentamiento con el Gobierno recién electo de Peña Nieto, privilegiando las coincidencias sobre las diferencias que derivaron en la firma del Pacto por México, con lo que se apresuró la salida del Partido de sus dos principales líderes: Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Cuauhtémoc Cárdenas, ambos sus únicos candidatos a la Presidencia de la Republica en casi 30 años, ahí el tamaño del caudillaje que prevalece, sin movilidad partidista se agotaron las ideas.
En el discurso partidista se minimizaron las consecuencias de la renuncia de sus dos principales activos, sin embargo el 7 de junio la ciudadanía simpatizante de la Izquierda, por medio del voto dictó su sentencia; no veía con buenos ojos la colaboración con el régimen y apoyo la idea de resistencia con todos los medios a su alcance ante un Estado percibido como autoritario y corrupto; ahí el triunfo de Morena, el nuevo partido de izquierda surgido de la escisión.
A raíz de que la disputa entre el grupo dominante en el PRD hiciera explosión tras los fatales resultados en las últimas elecciones intermedias, enfrentándose en bandos antagonistas; por un lado Jesús Ortega y Jesús Zambrano y por el otro, Carlos Navarrete y Guadalupe Acosta Naranjo, todo parece indicar que de no actuar con seriedad y conciencia en estos tiempos difíciles, la permanencia del PRD como el partido hegemónico de la izquierda mexicana están contados.
Morena llegó para crecer a costa del PRD, lo cual resulta paradójico. Nació en un intento de deslindarse del ?entreguismo? de PRD al Gobierno priista, pero su existencia otorga enormes beneficios al Partido Revolucionario Institucional (PRI). Si como todo indica, AMLO persiste en su deseo de convertirse en candidato presidencial para los comicios de 2018 bajo el lema de que la tercera es la vencida, la izquierda llegará con dos candidatos. Un escenario que casi garantiza que el PRI pueda repetir otro sexenio en el poder o de seguir la dinámica actual con la estancada economía y escandaloso trafico de influencia para que el Partido Acción Nacional (PAN) retorne a los Pinos, es decir, en el escenario actual es imposible que la Izquierda triunfe.
La disputa surge desde el grado de recuperación de una línea de izquierda que confronte al régimen, el método para reconciliarse con un sector de la sociedad que les ha volteado la cara, hasta las alianzas electorales a realizar en el futuro, todo más allá del factor Morena en sí, pues se asume que éste buscará seguir corriendo en solitario, pasando por el perfil del nuevo dirigente que en su crisis el PRD requiere: ¿Interno o externo? Sí, tan mal están las cosas que algunos dirigentes estiman que para sobrevivir es necesario buscar fuera del Partido nuevas fuentes de liderazgo confiable y unificador entre sus afiliados.
La enfermedad que padece el PRD, para algunos terminal, está en la persistencia de las tribus, que no están dispuestas a pensar políticamente en función de su partido como un todo y que debiera ser más o menos homogéneo y no un rompecabezas de piezas que ni siquiera encajan o como un trueque de canonjías y privilegios.
Navarrete dejará la dirigencia nacional del PRD. El tiempo apremia, para la cúpula del PRD sería difícil aceptar que llegara un externo a dirigir el partido, simplemente se interpretaría como una claudicación a la falta de liderazgo dentro del Instituto, se menciona a Fernando Belaunzarán y Armando Ríos Piter, ambos son figuras frescas, inteligentes y ofrecen la posibilidad de una renovación integral, otra opción que se menciona es el joven Zoé Robledo, el reto para el próximo líder del PRD es superar dos enfermedades que son las que verdaderamente tienen al partido en terapia intensiva: el caudillismo y faccionalismo.
?Los chuchos? tienen que hacerse a un lado, si no el PRD se va a condenar, aseguró Armando Ríos Piter, aspirante a la dirigencia de ese instituto político. ?Los ?chuchos? representan algo que ya no le gusta a la ciudadanía. Un ciclo poco virtuoso de cómo son unos cuantos los que toman las decisiones y se vuelve un partido que ya no logra incorporar los tejidos sociales?, consideró.
Miguel Ángel Mancera, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, sin ser perredista, además de mantener canales de comunicación con los diversos representantes de la izquierda, ha emprendido acciones de gobierno que representan un ataque frontal a las bases clientelares que habían mantenido al PRD como la principal fuerza política de la ciudad y como su base electoral para todo el país. Parecería un suicidio político o una auto conspiración, pero entiende que Morena aun cuando tiene millones de simpatizantes, debido al pragmatismo de AMLO también tiene millones de opositores, innovando una dinámica para aglutinar a la ciudadanía en su conjunto, la cual en su mayoría no son parte de las bases clientelares y en lugar de canonjías, solo buscan justicia y oportunidades en la ciudad más grande del mundo.
Algunos, quizá más por pose que por conocimiento, aplaudirán la segregación de la izquierda mexicana, pero deberían detenerse ante lo que en realidad significa; en un país con lacerantes desigualdades sociales, hasta hoy en realidad tripartidista, donde en el PRI y el PAN el poder del capital influye exponencialmente sobre las más importantes decisiones y uno de ellos pareciera satélite del otro en los grandes proyectos de nación, una izquierda fuerte y sólida representa una necesaria barrera de fuerza contra una dinámica económica que pareciera favorecer únicamente a los intereses corporativos multinacionales, sin quedar aún claro cuáles son los beneficios de las mayorías, y a los empresarios afines y coludidos con los poderosos y si no me cree como muestra un botón: Televisa, TV Azteca, Grupo Higa, OHL, Enova y Oceanografía. Sin equilibrio le hacemos más fácil el camino a la injusticia, corrupción y avaricia, que de por sí en este país pareciera surgieran por generación espontánea.