Aura Guerrero[1]
Arturo Ramos Sobarzo[2] (coautor)
La elección americana presidencial número 45 ha generado mucha polémica, tanto nacional como internacionalmente, sobre todo por lo que hace al perfil de dos de los candidatos postulados por los principales partidos políticos. La demócrata Hillary Clinton y el republicano Donald Trump se disputan ocupar la Casa Blanca con una ventaja que parece definitiva de la primera, aunque por corto margen.
Trump se mantuvo cerca de Hillary, sobre todo por lo que hace al número de votos que pueden conseguir cada uno en el colegio electoral, y del número de integrantes de dicho colegio todavía indeciso. Los votos de todos y cada uno de los ciudadanos americanos cuentan, no sólo para determinar la preferencia ciudadana por alguno de los candidatos, sino principalmente, para votar por los 538 integrantes del colegio. Para ganar la elección presidencial se necesita el voto de por lo menos 270 electores integrantes del colegio electoral. Estos, a pesar de que por lo general votan de acuerdo al resultado del voto popular, pueden sufragar de manera distinta.
Alrededor de 8 millones de ciudadanos americanos que viven fuera de territorio estadounidense han emitido su voto en las últimas semanas y mandado sus boletas electorales a sus respectivas oficinas estatales. El procedimiento para votar como ciudadano norteamericano desde el extranjero para la elección del 8 de noviembre requirió el envío de una solicitud vía internet, en la que se plasmó la dirección actual, así como una dirección en Estados Unidos, a efecto de que existiera una vinculación directa entre el ciudadano y un Estado. De esa manera, se vota por un integrante del Senado, de la Cámara de Representantes y del colegio electoral.
Posteriormente, la oficina de especialistas en materia de voto de la ciudad hizo llegar a los ciudadanos americanos que se encuentran en el extranjero, un correo electrónico con las instrucciones de cómo votar y cómo hacer llegar dicho sufragio de manera postal a la oficina estatal correspondiente, así como otro correo con la boleta electoral, misma que debe ser recibida en las oficinas estatales a más tardar tres días después de la elección.
En España ocurre algo similar, pues los nacionales de ese país que residen en el extranjero pueden votar para las elecciones autonómicas, de diputados, senadores e integrantes del Parlamento Europeo. Para ello deben registrarse en el CERA (Censo de los electores residentes-ausentes que viven en el extranjero), lo cual se obtiene, mediante una solicitud por parte del votante interesado, quien debe agregar una fotocopia del pasaporte o documento oficial de identificación. Posteriormente podrá emitir su voto ya sea por correo certificado a la oficina consular antes del quinto día previo a la elección o mediante el depósito del voto en urna entre el cuarto y segundo día incluso, previo al día de la elección en la oficina consular correspondiente.
En nuestro país, desde hace varios años, los mexicanos en el extranjero pueden votar para las elecciones presidenciales. Recientemente, producto de la reforma constitucional electoral de 2014, se plasmó la posibilidad de sufragar no sólo para presidente, sino también para el cargo de senador(a), así como de gobernador(a) de las entidades federativas y del Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, siempre que así lo determinen las constituciones de las entidades federativas. La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales prevé que esa posibilidad de sufragar sea por correo, mediante entrega de la boleta en forma personal en los módulos que se instalen en las embajadas o consulados o, en su caso, por vía electrónica, de conformidad con la normativa correspondiente.
De vuelta a la elección en Estados Unidos de este martes, tales comicios han tenido una importancia como ninguna otra para México. No sólo por los absurdos improperios y groserías de Trump, y por las factibles y negativas consecuencias que su llegada a la Casa Blanca provocaría (ya lo hemos visto con la paridad del peso, por ejemplo), sino por la promoción del voto de los norteamericanos avecindados en nuestro país.
La elección del vecino país generó una inusitada activación del voto norteamericano en México por parte de los principales partidos políticos de Estados Unidos. Larry Rubin, representante del Partido Republicano en México se ha manifestado sobre la importancia del voto de sus connacionales en nuestro territorio. Lo mismo ocurre con el partido que postula a Clinton a través de la organización Democrats Abroad establecida en la Ciudad de México.
Así, contrario a la visión de Trump (y a pesar de resultados como el Brexit), hay una cierta vocación del mundo consistente en evitar políticas aislacionistas y establecer mecanismos como el voto en el extranjero, que unen sin lugar a dudas, a los nacionales de un país con la elección de determinados representantes populares. Indudablemente ese instrumento y la participación en las elecciones de nacionales fuera de su país (una característica migratoria de nuestros tiempos), cobrarán cada vez mayor importancia en las democracias del mundo.
[1] Especialista en derecho electoral. Mexicana-norteamericana votante en el extranjero.
[2] Profesor de derecho electoral en la Escuela Libre de Derecho.