¿Te imaginas tener acceso a una gran bolsa de dinero (casi infinito) pagando solamente una pequeña cantidad que se acomode a tu circunstancia y a tus necesidades? ¿Poder garantizar que ese sueño que anhelas se cumpla pase lo que pase en el camino? ¿Tener la oportunidad de tener a la mano cantidades enormes de dinero para enfrentar los problemas que nos aquejan: como el vivir mucho o el vivir poco, o dejar de ser productivo por invalidez o por contraer alguna enfermedad?

La buena noticia es que ese mundo no es imaginario, es real y lo tenemos todos a la mano pues es precisamente el concepto básico de un seguro. El seguro contribuye a evitar las desigualdades, evita los empobrecimientos extremos que tienen su causa en fallecimientos o siniestros, contribuyendo a una mayor equidad económica.

En México lamentablemente existe muy poca cultura de la previsión, nos creemos indestructibles, que las cosas indeseables a nosotros no nos van a ocurrir nunca y no nos preparamos para ello o lo posponemos enrolándonos en nuestras ocupaciones diarias o para cuando estemos más holgados económicamente, en el mejor de los casos.

El propósito de este artículo es invitarte a marcar la diferencia. Muchos de nosotros solo pensamos en el presente y justo por eso es tan importante hacer un viaje al futuro, no solo al de corto plazo en donde están las compras de autos, de casas, los viajes y los estudios, sino también al de largo plazo. Si hoy fuera nuestro último día, ¿qué es lo que más lamentaríamos no haber logrado? Debemos pensar en caminos para lograr nuestras metas y nuestros sueños y por eso platicaremos a continuación de cómo hacerlo.

Tu tarea consiste en informarte, y para ayudarte a tomar una decisión te menciono 3 preguntas que deberías hacerte antes de contratar un seguro de vida: “¿Qué te asegura que la compañía es de confianza y que te va a pagar? ¿Quién es tu asesor y qué lo hace diferente a los demás? ¿Qué proceso utiliza y cómo este te puede ayudar a cumplir esa meta que tienes?”

Investiga a la compañía. ¿Cuántos años tiene en el mercado? ¿Cuánto ha pagado en el último año? ¿Cuenta con alguna alianza internacional? ¿Se especializa en vida o en daños? Recuerda que cuentas con diferentes herramientas para comparar a las aseguradoras; una de ellas es la CONDUSEF, que nos permite ver, de cada compañía, el número de quejas y como se han ido solucionando. Por otro lado existen calificadoras que evalúan la fortaleza financiera de las empresas y nos permiten conocer el nivel de riesgo de cada una de ellas.

Un asesor debe contar con la cédula de la CNSF, debe ser un profesional y debe estar en capacitación constante para que te pueda brindar el mejor servicio siempre. Lo más importante es que sea alguien que te genere confianza (puede ser alguien que conozcas o que alguien cercano a ti te lo haya recomendado) y que tenga prestigio dentro del ámbito laboral y personal. Recuerda   que estás haciendo el negocio con el asesor, no sólo con la aseguradora, por eso es tan importante que te tomes el tiempo de elegir a uno bueno con el que te sientas cómodo.

Rompamos la idea de que los asesores venden productos enlatados, realmente venden trajes hechos a la medida de tus necesidades. Es por esto que deben primero analizar tu situación actual, cuáles son tus metas y en base a eso desarrollar estrategias que te permitan alcanzarlas. Ahora, ¿cuáles son esas posibles necesidades que pudieras tener?

La base de los seguros consiste en “proteger todo lo que puede salir mal, para después darte el lujo de invertir si todo sale bien”. Siguiendo este principio algunas aseguradoras ofrecen productos financieros para tu protección, que en caso de un fallecimiento o invalidez te permite contar con los recursos suficientes para mantener tu estilo de vida y el de tu familia.

Nos toca ser conscientes de la responsabilidad que tenemos con nuestras familias y con nosotros mismos. Si un día, a causa de un accidente o enfermedad, perdemos la capacidad de valernos por nosotros mismos y generar nuestro propio ingreso nos veríamos en un problema mayúsculo. La protección no es sólo para alguien que dependa de ti, también te resguarda.

Por otro lado, tenemos los seguros de salud que te permiten recuperar la salud sin afectación económica; proteges tu patrimonio, tienes atención de calidad de manera oportuna y estás tranquilo ante tus eventos graves de salud.

En la actualidad la atención médica cada vez es más cara (por envejecimiento de la población, deterioro de la salud, malas decisiones de estilo de vida y el sedentarismo), pero algunos ven el seguro de gastos médicos mayores como un gasto caro y prefieren no contratarlo. Reflexionemos sobre como hasta el día de hoy nadie ha quebrado por pagar un seguro, pero si hemos escuchado historias (unas inclusive muy cercanas) de familias enteras que se han arruinado económicamente (en el mejor de los casos) por un accidente o alguna enfermedad de uno de los miembros.

Tenemos la idea equivocada que los seguros solo pagan cuando algo malo pasa. Sin embargo, también tenemos todos aquellos seguros de acumulación en los que generas un ahorro o aumentas tu patrimonio, el cual te genera rendimientos y se actualiza con la inflación.

Estos planes pueden ser para la meta y en el plazo que tú prefieras, como puede ser una casa, un viaje, una boda, los quince años de tu hija, etc. Yo, como padre de familia, el producto financiero que considero más noble que ofrecen las diferentes aseguradoras es el seguro educativo.

Muchos especialistas han aseverado a lo largo de los años que la educación es el único camino que nos llevará a puerto seguro como país, por eso es importante que cada vez más y más jóvenes concluyan sus estudios. En nuestro país sólo el 8.4% de los jóvenes culmina su educación superior y muchos de los que no lo hacen es por falta de recursos. La educación es una gran herramienta para el futuro y también, es el mejor legado que darás a tu hijo para llegar hasta donde se lo proponga. Que nuestros hijos tengan una profesión es uno de los objetivos que todo padre tiene en mente, pero también uno de los más complicados, por lo que debes de hacerte la pregunta: ¿Prefiero pagar la Universidad de mi hijo en 18 años o prefiero pagarla en sólo 4 años? Creo que la respuesta para todos es obvia.

Y por supuesto para terminar, habría que mencionar los proyectos de retiro que buscan generar un ahorro para mantener tu estilo de vida durante esa etapa en la que ya no estas generando un ingreso.

Es preocupante la falta de interés que se tiene hoy en día para esta meta, 6 de cada 10 mexicanos no cuenta con un plan de seguridad social. Si te retiras bajo el esquema AFORE recibirás el 28% de tu último salario, cuando para mantener tu nivel de vida necesitas al menos el 70% de los ingresos de tu último empleo. Recordemos que nuestra generación tiene un marco legal y de pensiones muy diferente y adverso si se compara con las generaciones anteriores, ya que no contaremos con una pensión durante nuestro retiro.

El mejor momento para iniciar un ahorro para el retiro fue hace 10 años, el segundo mejor momento es hoy, así que HOY sustituyamos esos gastos poco importantes por el pago de nuestro seguro. La mejor forma de ahorrar no es la que depende de excedentes o sobrantes de tu ingreso, sino la que implica un cambio en el consumo presente para un bienestar futuro.

Algunos expertos financieros también recomiendan contratar un seguro para tu automóvil, para tu negocio y para tu casa habitación.

Todos estos son temas que aunque sabemos que son importantes, muchas veces los dejamos a lo último o simplemente no queremos pensar en ellos porque es muy desagradable imaginar que algo malo nos pudiera ocurrir. Lamentablemente estas cosas pasan las pensemos o no y es mejor que cuando pasen estemos preparados y protegidos. Hagámoslo por nosotros y por nuestros seres más queridos.

José Manuel Manrique

Coach Financiero y Patrimonial

jm@manriquepatrimonial.com

       Twitter: @JoseManriqueM