En textos anteriores, le he compartido información sobre la triste realidad que tenemos en el país sobre el tema del ahorro para el retiro y las pensiones. Le he comentado que es un asunto de suma importancia y que, desafortunadamente, no tiene ni tendrá solución por parte del gobierno, sino que forzosamente tenemos que resolverlo nosotros, cada ciudadano en nuestro ámbito personal.
También le he insistido en que el tiempo es nuestro principal enemigo en esta solución personal, por lo que es urgente que tomemos conciencia y pongamos manos a la obra; y absolutamente todos, pues nadie nos salvamos de esta terca realidad.
Ahora quiero compartirle algunos datos del INEGI y del Consejo Nacional de Población (CONAPO).
La esperanza de vida está creciendo
Para el año 2050, la esperanza de vida promedio será de 79 años. Y también se habla de que hoy, ya están naciendo los niños que podrán llegar a vivir más de 90 y hasta 100 años. Todo esto significa que vamos a vivir más tiempo, lo cual es positivo en términos de poder disfrutar de la vida, pero preocupante en el sentido de que vamos a necesitar mucho más dinero para poder sostenernos durante tantos años. Por eso tenemos que prepararnos.
Habrá más gente de mayor edad
En 2017, había 13 millones de personas de la tercera edad; para 2050, serán más de 27 millones de personas. A la par, la tasa de natalidad viene disminuyendo, pues cada día se tienen menos hijos por familia, o incluso ya no se tienen. Todo esto significa que si habrá menos gente joven produciendo y más gente adulta en etapa de retiro, será prácticamente imposible que haya recursos financieros suficientes para pagar hospitales públicos y apoyos sociales. Por eso tenemos que prepararnos, para poder pagar nuestros gastos de salud y supervivencia, y no se diga si además queremos que sean de calidad.
Muy probablemente, no podremos seguir trabajando
Hoy en día, de cada 100 adultos mayores, el 26 % tiene alguna discapacidad y el 36 % posee alguna limitación. Esto nos indica que la posibilidad de trabajar y producir en la tercera edad, no necesariamente es un asunto de querer, sino de poder hacerlo.
La pensión, si logramos alcanzarla, no será suficiente
Si usted comenzó a trabajar después de 1997, su pensión dependerá de lo que logre acumular en su Afore y de que además cotice 1,250 semanas (25 años), lo cual es poco probable dada la alta informalidad y los trabajos “por su cuenta” que muchos desarrollamos hoy en día. Si usted no se dedicó a inyectarle cantidades importantes a su Afore, lo mejor que puede pasarle es que reciba la pensión mínima garantizada, que hoy equivale a $2,300 pesos mensuales. Así que vaya sacando cuentas de para qué le alcanza.
Todos estos datos, nos muestran el panorama tan complicado que nos espera, absolutamente a todos los ciudadanos, si no hacemos conciencia y nos responsabilizamos de nuestro futuro.
En el mercado financiero, existen múltiples opciones de ahorro e inversión, principalmente los Planes Personales de Retiro, para ir construyendo una pensión que nos permita llegar en mejores condiciones a esa etapa. Algo positivo, es que además cuentan con beneficios e incentivos fiscales bastante atractivos. Así que además de ahorrar para nuestro retiro, podemos utilizarlos como estrategia fiscal para potenciar nuestro patrimonio.
Lo único que se necesita es voluntad para comenzar, so pena de que nos alcance la terca realidad.
Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado, le corresponde a usted.
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