Acusar de chairo a quien en realidad busca un cambio, o ser un chairo por que no se está de acuerdo con lo establecido no tiene absolutamente nada de malo dentro de una democracia donde la pluralidad es parte de ello. Ser homosexual, lesbiana, de izquierda, de derecha, de centro o heterosexual es parte delo que conforma a una sociedad compleja como la nuestra en donde no existen ya solamente lo blanco y lo negro o el amor exclusivamente entre heterosexuales porque se supone que nos vamos aceptando como seres humanos imperfectos o perfectos pero de una manera totalmente diferente a lo establecido.
Fanatismo oficial
Hay en nuestro país y por supuesto en el resto del mundo personas que desde su trinchera defienden a sus gobiernos porque para ellos está bien lo que sucede, aunque cometan grandes errores o generen inseguridad o corrupción, es una decisión tomada desde la juventud y específicamente en la adolescencia donde se comienza a formar un criterio político y social, los hay rebeldes también los cuales están en contra de cualquier autoridad y los hay de izquierda u oposición que tienen una visión diferente a lo establecido y simplemente quieren que las cosas cambien. Dentro de aquellos que se encuentran a favor de los gobiernos dominantes que buscan perpetuarse en el poder existe el “fanatismo oficial”, que podemos ver en periodistas que apoyan a regímenes como el de Nicolás Maduro por citar sólo un ejemplo, donde defienden a capa y espada cualquier ataque contra a quienes representan sus ideales y eso está bien, es parte de una democracia, es parte de la pluralidad, es parte del ser humano y las sociedades pero incitar a un acto de violencia contra un ser humano sea quien sea porque ese fanatismo te ha llevado a un punto extremo es sumamente peligroso, sobre todo si eres un personaje público que puede influenciar a muchas personas.
Ricardo Alemán
Ricardo Alemán es un periodista duro, honesto consigo mismo, fanático del sistema y cercano al poder actual y oficial que encabeza Enrique Peña, no estoy diciendo que el presidente lo proteja o forme parte de su equipo de comunicación, pero lo que sí es verdad, es que le gusta alabar a la actual administración y golpear y menospreciar a todo lo que parezca oposición como Andrés Manuel López Obrador o Ricardo Anaya.
Con la personalidad y la conducta de fanatismo oficial hay muchos profesionistas, empresarios, empleados y comunicadores como David Páramo, que tiene una estructura pro-oficialista muy parecida, pero eso no es un problema ni le causa daño a nadie, informa desde un punto de vista, pero lo que podría causar daño es que muchos de sus seguidores como en el caso de Ricardo Alemán sintieran y percibieran un perverso llamado a la violencia contra cualquiera que les parezca una amenaza hacia su forma de vida y es por eso que medios de comunicación como Televisa o Canal 11 han separado de su plantilla de comunicadores al señor Alemán.
Aunque muchos “fanáticos del oficialismo”, estén sumamente jodidos y carentes de trabajo, una vida digna, prestaciones o salud, muchas cosas, no quieren perder ese status que les ha generado una zona de confort.