Tratemos de entender la repercusión que tienen sobre el aparato productivo laboral mexicano un conflicto bélico entre EU - IRÁN, pues sus efectos pueden ser inmediatos y agravarse según crezca el proceso de confrontación. Esto puede significar despidos, paros en las empresas, reducción de jornadas, afectando uno de los temas más delicados de la sociedad: el empleo y el salario de las familias.
Un primer análisis del proceso en los medios indica que la economía se está viendo afectada por el inmediato aumento de los energéticos, el petróleo, el gas. También, tenemos movimientos en los mercados, las bolsas mundiales tienen pérdidas, pero sobre todo en EU, donde solamente los sectores de bienes raíces y servicios públicos (lo que más genera confianza) han cerrado a la alza, esto quiere decir que el mercado comienza a moverse con cautela en principio, pero pánico ante la incertidumbre.
El sector manufactura será uno de los más afectados por el aumento de energéticos (el gas, la energía, el diesel) que se utilizan en la producción, se verán presionados por los precios internacionales, lo que repercutirá en los costos directos de la industria.
Las empresas de maquila y exportación, que tienen como principal mercado a EU, verán disminuidas sus ventas, pues el mercado se comporta con cautela, lo que afecta a industrias como la automotriz, de cerveza de exportación, electrónicos, etc., los bienes que no son de primera necesidad. Aumentarán las dificultades de exportación, cerrará sus fronteras EU y el flujo de mercancías será más difícil (así pasó en ataque de las torres gemelas, en la guerra de Irak).
Recordemos que la mediana y gran industria en México da empleo al 50% de los trabajos formales, más de 10 millones de trabajadores, que son los que se encuentran en este sector de afectación, pero no solo eso, si por ejemplo, alguna empresa de 1,000 trabajadores cierra temporalmente o reduce su producción, le repercutirá a otras empresas satélite generando un fenómeno exponencial de miles de trabajadores afectados. Les recuerdo el caso del año pasado de General Motors y la huelga en EU, en donde el paro de una industria de 6,000 empleos directos repercutió a más de 50,000 empleos indirectos en México, aquí la liga a nuestro análisis de aquel momento
Otro sector con afectación inmediata será el de la hotelería y la aviación, por que el turista de EU viajará menos, tendrá temor de los aviones, es un gasto que no es prioritario, por lo que este primer semestre del año será muy difícil para estos sectores.
Todo esto anticipa un escenario de paros escalonados, de reducción de personal, que mermará de manera delicada el ingreso de los trabajadores y sus familias.
Este tema se está analizando en las cámaras industriales, empresariales, pero debería ser materia de discusión en los centros de trabajo de forma integral, con los sindicatos, los trabajadores, para encontrar salidas que permitan continuar con la subsistencia de las fuentes de trabajo. Las centrales obreras y los líderes sindicales deberían dejar ser vedettes de lo laboral y sentarse a discutir esto en las empresas. Los legisladores deberían estar en discusión permanente sobre el tema, es de la mayor prioridad, elevar el debate público para la preparación de una política pública laboral que permita amortiguar estos procesos, dejar de distraer el debate con temas personales y superficiales, que puedan afectar más la economía.
Sin duda el empleo y el salario han sido uno de los más grandes esfuerzos de esta administración de la 4T, pero precisamente es allí a donde tendremos mayor repercusión económica y puede convertirse en un problema de presión social grave. Estamos a tiempo de retomar el debate, de hacer las cosas distintas, siempre se ha evadido este tipo de realidades, al final son los trabajadores y los empresarios quienes terminan resolviendo sus problemas sin una política pública integral, subsistiendo como pueden, esperamos un cambio.
** Maestro en Derecho por la UNAM. Abogado director en Landero Asociados Bufete Jurídico