“Ave Caesar, morituri te salutant” …
Frase que en español significa “Ave César, los que van a morir te saludan”, y que según cuenta la leyenda, los gladiadores ofrecían al César en turno, durante los tiempos del Gran Imperio Romano.
Los gladiadores, en su mayoría, eran criminales condenados a muerte, esclavos o prisioneros de guerra y recibían una última oportunidad ya que, si sobrevivían a las salvajes batallas del circo, podrían convertirse en héroes populares y obtener la libertad.
Y tal parece, que Enrique Peña Nieto se sintió “César” por un día e invitó a los gobernadores provenientes del PRI, a una comida en Los Pinos, con el pretexto de celebrar el resultado de las elecciones del 4 de junio pasado.
De acuerdo a la columna de El Universal, del periodista Carlos Loret de Mola, el presidente de la República no quería celebrar las victorias del Estado de México y de Coahuila, sino ratificar el control de las tribus priistas, comandadas por cada gobernador, esperando contar con su respaldo a la hora de nombrar a su sucesor a la Presidencia de la República.
Según Loret, que asegura tener fuentes directas, Peña Nieto les dijo a los mandatarios estatales presentes, que contaba con su arrojo, fuerza, determinación y entrega a favor del PRI, para ganar la elección de 2018.
Los 15 gladiadores ungidos fueron:
Alejandro Moreno, de Campeche; Rubén Moreira, de Coahuila; José Peralta, de Colima; Héctor Astudillo, de Guerrero; Omar Fayad, de Hidalgo; Aristóteles Sandoval, de Jalisco; Eruviel Ávila, del Estado de México; Roberto Sandoval, de Nayarit; Alejandro Murat, de Oaxaca; Juan Manuel Carreras, de San Luis Potosí; Quirino Ordaz, de Sinaloa; Marco Antonio Mena, de Tlaxcala; Rolando Zapata, de Yucatán; Alejandro Tello, de Zacatecas; y la única gladiadora, Claudia Pavlovich, de Sonora.
Y no sólo los ungió como gladiadores.
También hizo alarde de su cultura sobre el Imperio Romano, haciendo referencia a la trilogía que, sobre Escipión el Africano, escribiera el español Santiago Posteguillo, y conminó a los gladiadores-gobernadores a dar una batalla estratégica, fundamental y con honor.
De acuerdo a los informantes de Loret, que estaban presentes, los gladiadores estatales desenfundaron sus espadas tricolores y reiteraron su lealtad y apoyo al “César” de Los Pinos.
Uno de los gladiadores más jóvenes, “Alito” Moreno, de Campeche, le dijo que aceptaba la investidura, pero recordó al “César” que los gladiadores necesitaban armadura, escudo y espada, en obvia referencia a los recursos económicos necesarios para implementar una operación electoral de las dimensiones de la del Estado de México.
Cuentan las malas lenguas que se armó la fiesta en grande, la comida se convirtió en cena y empezaron los “cruzaditos”, organizados por el gobernador de Hidalgo, Omar Fayad.
Y todo terminó en optimismo, apoyo y buenas intenciones para el 2018.
Lo que muchos se preguntan es:
¿Qué hacía el Secretario de Educación, Aurelio Nuño, como único invitado del gabinete, entre tantos gladiadores?
A buen conocedor…
¡Pocas palabras!