(Cortesía de Carlos Gardel y de la 4T. O bien, “cuando las barbas de Rosario cortar pon las de Salinas y otros varios a remojar)
En la penitenciaria
Rosario llora sus penas
cumpliendo muy justa condena
porque se corrompió en mala ley.
Los jueces la condenaron
al comprender que Rosario
fue siempre altanera
trabjadora, sí, para lucrar con los bueyes.
Rosario está en la cárcel, el barrio no la extraña,
sus dulces seratas ya no se oyen más
los chicos ya no tiene su amiga querida
que siempre sonrisitas les daba al pasar.
Los jueves y domingos se ve un tal Salinas
llevar un paquetito a la que presa está;
de vuelta Salinitas los del PRIAN preguntan
“Rosario cuándo sale, solo Dios sabrá”.