“Mujeres, a un año de la COVID-19"
La diferencia salarial entre hombres y mujeres es una de las expresiones más evidentes de violencia de género. Eliminar esa brecha ha sido una demanda en México y otros países desde hace muchos años.
Esta semana se registraron dos conmemoraciones que nos remiten al tema. El lunes 8 fue el Día Internacional de la Mujer y el miércoles 10 el bautizado como Día de la Igualdad de Pago (Equal Pay Day) que fue conmemorado en Alemania.
En aquella nación, esa fecha se fija de acuerdo a la cantidad de días extra que tendría que trabajar una mujer para ganar lo mismo que un hombre.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), a escala mundial, las mujeres perciben un salario 20% inferior al de los varones, mientras que, en México, según el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), es del 18.4%.
El informe del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México “Mujeres, a un año de la COVID-19" indica que el ingreso promedio del sexo femenino es de 3,777 pesos y el del masculino es de 4,633.
Aunque poco visibilizada y reclamada en estos días, la brecha salarial limita la autonomía y empoderamiento económico de las mujeres en su relación con los hombres, lo que represente per se otra forma de violentarlas.
Hace unos días, el Senado aprobó reformas a la Ley Federal del Trabajo y la Ley General para la Igualdad de Género entre Hombres y Mujeres, calificadas como "históricas", que prohíben la discriminación por género en las remuneraciones de trabajadores del sector público y privado.
El marco legal obligará ahora a los patrones a ofrecer un salario igualitario ante labores iguales, sin importar el género de las personas que las desarrollen, además de brindar las mismas oportunidades de ascender de puesto.
Esta tarea requiere de compromiso de empresarios y gobierno, así como de esquemas de verificación para su cumplimiento. De ello deben estar convencidas desde las grandes empresas hasta los pequeños comerciantes.
La igualdad salarial debe sustituir a la brecha y ser una identidad empresarial.
Es cierto que la deuda en este tema es grande y diferenciada. Hay estados donde se profundiza. Por ejemplo, las más grandes están, de acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, en Coahuila, Campeche, Chihuahua, Aguascalientes y Durango.
Las brechas más estrechas las tienen Quintana Roo, Yucatán, Chiapas, Nayarit y Ciudad de México.
La búsqueda de la igualdad y una vida libre de violencia para las mujeres es integral, requiere de estrategias interinstitucionales encaminadas a mejor la seguridad, la justicia, la vida en familia y, por supuesto, el empleo.
En Confianza
A un año de que la Organización Mundial de la Salud decretara la pandemia por COVID-19 hemos visto los esfuerzos de gobernantes por sortear la crisis sanitaria y económica desatada. Un dato llama la atención. En una encuesta de un diario nacional el 62.3% de la aprueba la forma como la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, realiza su trabajo.