En el escándalo del aparente hackeo a Samuel García hay una afirmación y cuatro preguntas.

La afirmación es la siguiente:


Está fuera de la contienda por NL

Samuel está afuera de ser considerado un candidato con posibilidades a la Gubernatura de Nuevo León -que sí lo fue- en los tiempos previos al COVID 19.

No way como dicen en Estados Unidos. No hay forma.

No hay quien resista dos cañonazos de esas dimensiones en la pata, peor, aún, con presunción de autoinfligidos.

El primero, ostentándose como machista, de la peor manera, contra su propia esposa.

Y, ahora, con un hackeo -insisto- aparente.

Samuel está out. Con posibilidades cero. Él lo sabe.

Las cuatro preguntas son las siguientes.

 

¿Fue hackeo o no? No, lo creo.

Primero, ¿fue él mismo quien armó el tinglado del hackeo, como ha documentado muy bien Plácido Garza aquí mismo; o, de hecho, ¿existió?

Me adhiero a la primera hipótesis. Es un show. Samuel armó todo. Técnicamente es harto difícil un hackeo a menos que el propio dueño de la cuenta arme el trabuco tecnológico como parece ser el caso. De varios de los aspirantes a la gubernatura de Nuevo León pudiera creerse, pero no del (ex) rey de las redes sociales.

 

¿Por qué lo hizo?

La segunda pregunta es, ¿por qué lo hizo?

La propia carta -que escribe él y su equipo- deja más rastro que el caso más facilito de Sherlock Holmes. Está su propia huella por todas partes.

Está encabritado, dolido, por la secuela ya desastrosa del primer balazo autoinfligido (del desplante machista), enojado con la dirigencia de MC, con Dante Delgado, quien seguro le envió señales de que hay cambio de jugada, que buscará otra carta para Nuevo León, que ya no será Samuel; y molesto con Luis Donaldo, su amigo, quien por decisión propia u orden de más arriba en el partido le recriminó su conducta el mismo día, con la intención de minimizar el control de daños para la marca -no para el personaje central del escándalo- a quien dejó a su suerte.

Los mandones del MC no han dado señales contundentes, pero lo harán. Empero, de facto, en la lógica electoral, y la del propio partido, claramente, Samuel no será candidato a Gobernador.

No lo retiran porque quizá aprovechan los escándalos, para, en el sigilo, construir su estrategia alterna: buscar otro candidato, o candidata.

Hay otra posibilidad. Lanzar un mensaje a Dante de “golpeado no, en Nuevo León, MC soy yo, si me voy no queda nada” … y, por ende, hay que sentarse a platicar para, en el control de daños, quizá fuera de la gubernatura, platicar de posiciones. Puede ser, pero la gubernatura, no.

 

¿Por qué irse contra Luis Donaldo?

La tercera pregunta es ¿por qué contra Luis Donaldo, su amigo, sacando esqueletos que pueden dañarlo, buscando restarle fuerza a una carrera política que, en medio del fragor de la batalla por la gubernatura de Nuevo León, y como-consecuencia-del primer tropiezo del propio Samuel, empieza a retomar un segundo aire?

No sé si le afecte. Puede ser. Pero es difícil luchar contra la fuerza de un mito, como el legado del padre de Luis Donaldo.

La lógica de Samuel de “me hundo yo y nos hundimos todos”, exhibe, inmensa, una tremenda falla estructural en su FODA: su inmadurez.

Qué bueno que los electores de Nuevo León se dieron cuenta a tiempo. Imagínense, como gobernador.

La verdad sea dicha, los aspirantes que quedan vivos, menciono tres -Adrián de la Garza, alcalde de Monterrey; Clara Luz Flores Carrales, la puntera hoy por hoy, presidenta municipal de Escobedo; y Víctor Cruz, si lo dejan en el PAN, o cualquier otro si lo desbarrancan- saben que si Luis Donaldo se lanzara por MC sería un adversario de temer.

También, por supuesto, si se postula por Monterrey.

¿Por qué entonces, la actitud de Samuel de darle patadas al pesebre de su partido y de su amigo?

 

¿A quién beneficia la debacle de Samuel?

La cuarta pregunta, es la más importante: ¿a quién beneficia la debacle de Samuel que se lleva de encuentro a MC y pretende lastimar a Luis Donaldo?

Obvio. Perderá puntos.

¿Cuántos? No sé. Mi olfato de encuestador, me dice que, mínimo, 5, máximo 7 u 8. Lo veremos en los siguientes sondeos.

¿Qué marca, o suspirante a la silla que calienta El Bronco, será más beneficiado?

A estas alturas de la contienda, donde están claros los jugadores importantes, hay que razonar por persona. Los electores, en estos turbulentos tiempos, emitirán más su voto – más que nunca antes- por el personaje y no por el partido.

¿Adrián? Difícil. No veo a tránsfugas de Samuel en esa dirección.

¿Víctor Fuentes, o quien se ostente con la estafeta del PAN si no es él? Me late. Pero no demasiado, dos o tres.

Por persona, insisto, creo que una porción importante, se irá con Clara Luz. La debacle de Samuel, convierte, de facto, la contienda por Nuevo León de una pelea de cuatro a una de tres: Adrián por el PRI, Víctor Fuentes o el que decida la cúpula del PAN, y Clara Luz si va por MORENA. A menos que de un vuelco la situación y Clara Luz se vaya por MC, en cuyo caso volvería a ser de cuatro, si Tatiana fuera por MORENA (sumados Adrián y quien se fuera por el PAN).

Desde luego, si Clara se lanza por MORENA, tendrá que trabajar mucho, para evitar un voto de castigo de los electores de clase media de Nuevo León, e imponer en la lógica del voto sus atributos.

Lo cierto, es que las torpezas de Samuel, elevan, y harto, la temperatura de la contienda de la Joya de la Corona de las elecciones a Gobernador: Nuevo León.

Veremos sorpresas, sin duda.

Pero en la actual foto de la lucha por esta candidatura, Samuel, se convertirá -lo es ya- como un ejemplo entre los colegas del marketing político de cómo no hacer las cosas.

Se lo ganó a pulso.