La percepción generalizada de la ciudadanía es que vivimos una crisis sin precedente en materia de seguridad pública. Existe un profundo malestar social por la toma de malas decisiones y la falta de resultados. 

De seguir igual, el desarrollo del país seguirá limitado y se le continuará fallando a la población al no proporcionar las condiciones mínimas de bienestar y tranquilidad.

No podemos depender de la voluntad de las personas, la realidad de la inseguridad requiere una respuesta multidimensional. La seguridad tiene que ser construida de manera conjunta entre gobierno y sociedad, esto implica cultura organizacional y gestión. 

Es un reto, pero valdrá la pena, la seguridad no es un servicio público; es un bien público, y como tal, se necesita que todos los ciudadanos ayudemos a cuidarla.