Me di cuenta que estaba temblando fuertemente cuando vi que todos los objetos de mi departamento se movían. Nunca he sabido qué es lo mejor en estos casos, salir corriendo para bajar a la máxima velocidad posible 23 pisos o esperar en algún lugar más o menos seguro de la vivienda a que el sismo pase.
Decidí que esperaría en el sitio que, me han dicho, es el más resistente de mi apartamento. Cuando sentí que el movimiento había cesado, tomé mi cubrebocas y bajé deprisa pero con cuidado.
Conozco tales escaleras, con frecuencia las subo y las bajo para más o menos mantenerme en forma. Un vecino me alcanzó —unos 20 años menor que yo, no le costó ningún trabajo rebasarme—, me saludó y me dijo: "lo único que nos falta es que caiga un meteorito”. Me reí y no contesté, pero pensé que en este 2020 maldito, año de pandemia y de recesión, cosas peores pueden todavía pasar.
Ya en la calle, me dirigí al parque La Mexicana, de Santa Fe. Hablé con las personas que me quiero pare ver si estaban bien, y por fortuna nadie que conozca o me interese sufrió daños. En el chat de WhatsApp de la redacción de SDP Noticias, todos se reportaron a salvo, si acaso algunos sin luz y con el internet de Telcel fallando. Me dio risa que aun en las desgracias nos quejemos del servicio que brindan las empresas de Carlos Slim.
Cuando veía en Twitter los mensajes de Claudia Sheinbaum, me tranquilicé: la jefa de gobierno informaba oportuna y correctamente que en principio no hay desgracias que nos enluten todavía más a los mexicanos.
Una persona me preguntó si sabía algo sobre la situación en otros sectores de la Ciudad de México. Le leí los tuits de Claudia. Me preguntó enseguida si confiaba en que López Obrador podrá sacar la casta para superar tantos males que se han acumulado.
Respondí convencido que AMLO es el mejor presidente posible en el peor momento de nuestra historia. Sé que Andrés Manuel hará lo correcto, que en mi opinión este 23 de junio tiene que traducirse en un llamado a la unidad.
Ha habido demasiada disputa política; el presidente debe salirse de ese tema en el que lo metieron las ambiciones de sus opositores financiados por quienes ya no quieren perder privilegios.
Sin renunciar a sus principios ni a su proyecto debe convocar a toda la gente buena, particularmente del sector empresarial, para un acuerdo en el que todo el mundo ceda algo para enfrentar el complicado futuro unidos como un ejército disciplinado y valiente.
Andrés Manuel se vio como un verdadero líder reportando en vivo, por Twitter, lo que pasaba. Viene lo más importante: construir el futuro con la ayuda de todos, sin excluir a nadie.