Vallarta, es uno de los centros turísticos de playa más importantes de nuestro país.

En plena efervescencia de las campañas electorales, el ciudadano común se está cuestionando si valdrá la pena salir el domingo 6 de junio a emitir su voto o no. Algunos políticos y medios de comunicación se han encargado de desvirtuar el papel trascendental que tienen los servidores públicos en la vida diaria de cada habitante de una comunidad, un municipio o un estado; desde la administración de los recursos emanados de sus impuestos para vivir con servicios dignos en el desarrollo de sus actividades cotidianas, pasando por la salud, educación, seguridad, así como espacios para la actividad física, cultural y el esparcimiento necesarios para vivir con tranquilidad, felicidad y plenitud.

 Es por eso, que cuando emitimos un voto lo tenemos que hacer de manera responsable, con la convicción y determinación de que, quienes nos van a gobernar, velarán por el bienestar y porvenir de todos los habitantes.

En ese sentido, es que los puertos y centros vacacionales juegan un papel preponderante en la infraestructura económica de un país, y más en un país en donde la principal atracción turística, son sus playas. Es lo más reconfortante en las vacaciones y descansos, son la válvula de escape y la recompensa al trabajo o al estudio; además de la derrama económica necesaria para el sustento de la población que ejerce una actividad de servicio, la gastronomía y el comercio de los centros turísticos.

Puerto Vallarta, es uno de los centros turísticos de playa más importantes de nuestro país, su inigualable belleza por su riqueza natural, lo han convertido en uno de los lugares predilectos para el turismo nacional e internacional. Pero además cuenta con otros sectores productivos como lo son la Agricultura, la Ganadería, la Industria, el Comercio y la Pesca. Los cultivos locales más importantes son: maíz, sorgo, frijol, calabacita, chile verde, jitomate, cacahuate, ajonjolí, y frutales, sandía, aguacate, mango y plátano, y el tabaco. Pero el desarrollo y el progreso de cualquier lugar sólo es una realidad cuando se ve reflejado en el bienestar de sus pobladores.

La pandemia llegó como un huracán a paralizar la actividad cotidiana, laboral y turística, y por supuesto y más doloroso, las lamentables muertes de seres queridos; fue un rotundo golpe a la esperanza y a la economía de la mayoría de los mexicanos y que obviamente afectó también a los centros turísticos del país (muchas familias dependen de éstos), es por eso que se deben redoblar los esfuerzos federales, estatales y municipales para recuperar cuanto antes la distribución de los recursos de los 3 niveles de gobierno, que puedan llevar a buen puerto su desarrollo sostenible: crecimiento económico, cuidado del medio ambiente y desarrollo social. Por lo que la responsabilidad es muy grande y no se puede dejar en manos de oportunistas o improvisados la administración de dichas regiones tiene que ser en conjunto y coordinado con los tres poderes, para que haya solvencia económica distributiva.

Puerto Vallarta necesita de un cambio verdadero, de una renovación que transforme la forma de ejercer el servicio público para que la derrama económica pueda permear en cada uno de sus pobladores. Esta elección para muchos municipios es quizás más importante que la del 2018, porque ya contamos con un Presidente de la República que está llevando a cabo una transformación de fondo en todo el país, con sentido social y con un buen manejo de los recursos necesarios para sacar adelante a la nación. 

Vallarta necesita de una persona que tenga la capacidad de tener una relación ágil e inteligente con el gobierno federal para llevar a cabo el plan de desarrollo que vuelva al Puerto uno de los más visitados del mundo. El reto no es fácil, pero no es imposible. Es por eso que, sin importar colores partidistas, sino proyectos progresistas y renovadores, Puerto Vallarta necesita de alguien como el Arquitecto Luis Munguía como Presidente Municipal. Un joven fresco y comprometido con el proyecto de nación de la 4T.