Winston Churchill decía muy acertadamente que los que olvidan su Historia están condenados a repetirla, y pareciera que en México se les ha olvidado a muchos lo que significó la Segunda Guerra Mundial para ésta gran nación, incluyendo al nazismo y sus emblemáticas suásticas como realmente debe escribirse en nuestro idioma, y no swastikas ni esvásticas como lo han hecho algunos medios.
Para empezar, hay que entender que después de la Revolución Mexicana, se burlaron, por el famoso telegrama Zimmermann y por muchas razones más, y no sólo los Estados Unidos (leer artículo sobre la Tercera Transformación en SDP Noticias: Abril 3, 2020) y por eso fue que después decidieron hundir nuestros barcos petroleros en el Atlántico Norte, adjudicándole la culpa a submarinos nazis, no nos dejaron responder a dicha agresión ni participar en la contienda, hasta que Roosevelt murió y Truman decidió enviar a los pilotos del Escuadrón 201 al Pacífico, a Filipinas, imagínense, ni siquiera fue una decisión nacional.
Durante la Segunda Guerra Mundial los aliados nos hicieron devaluar nuestro hermoso peso de plata, para así poder comprarnos el acero mexicano a la mitad o a la tercera parte de su costo para construir su armamento, con el que finalmente derrotaron a Alemania; insisto, se burlaban de nosotros, y ni siquiera dejaron que la Historia nos agradeciera dicho favor que fue lo que comenzó a devastar nuestra economía actual.
Y hasta ahora, ni siquiera nos dejaron volvernos ricos con nuestro propio petróleo (leer artículo sobre huachicoleo en SDP Noticias: Enero 18, 2019), con el cual se producía la gasolina de los aviones que bombardearon Vietnam por ambos bandos en esa absurda guerra también.
Por eso los mexicanos jamás deberíamos venerar a la Segunda Guerra Mundial ni a nada que tuviera que ver con ella, incluyendo a las suásticas, tema que ya había tratado la Suprema Corte de Justicia por medio del amparo 4865/2018 que presentó la Ministra Norma Lucía Peña Hernández; tenemos la Bandera que fue reconocida como la más bonita del Mundo, dejemos que ondee y que se presuma en todos lados, incluyendo en las agencias de coches, donde en muchas en pleno Septiembre prefieren adornarlas con artículos japoneses.
Ya es tiempo de que a México se le respete, como lo soñó en su momento el Benemérito de las Américas: Don Benito Juárez García.
Nota histórica agregada: Como muestra de ese mexicanismo que supera indiferencias y ha trascendido en ésta gran nación por generaciones, basta nombrar a Don Gilberto Bosques, diplomático mexicano que durante la Segunda Guerra Mundial arriesgó su propia vida en la Alemania nazi para salvar a 30 mil refugiados, judíos y no judíos.