La crisis sanitaria por la que navegamos ha sacado a flote un sinnúmero de situaciones que nunca hubiésemos imaginado, pero la que ha causado revuelo es el fenómeno mediático del doctor Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en la Secretaría de Salud.
En efecto, el doctor López-Gatell, de quien muy pocos recuerdan su desempeño como funcionario público y hasta cierto punto pasaba desapercibido en la vida política nacional, ha levantado todo tipo de opiniones y suspiros; algunos hasta lo ubican como el próximo presidente de la República Mexicana.
Con pensamiento de izquierda –hasta se le ha comprado ser comparado con el Che Guevara–, se ha convertido en un fenómeno mediático en la sociedad mexicana y en el panorama político, al grado de contar con la total confianza del presidente AMLO en materia de salud, lo que le ha valido ser ubicado en la adelantada carrera presidencial 2024 por encima del canciller Marcelo Ebrard y de la doctora Claudia Sheinbaum; también de la muy poco celebre secretaria de Gobernación, y de su jefe formal, el secretario de Salud, ni se diga.
En mi opinión, la mayoría de los elogios antes mencionados le quedan muy grandes, ya que si bien se han decretado las medidas para prevenir el COVID-19 y se ha ido avanzando en las fases de emergencia sanitaria, también es verdad que la Organización Mundial de la Salud y la propia sociedad mexicana ya se habían adelantado en esos aspectos.
La tibieza de las decisiones de López-Gatell, contrario a generar confianza en la sociedad, ha creado un ambiente de duda e incertidumbre, ya que las recomendaciones y/o indicaciones que por su conducto se realizan, parecieran que solo son dirigidas a una parte de la sociedad y no a la población en general, incluido ahí el presidente.
Otra situación muy cuestionable, es el avance en la aplicación de las pruebas para detectar el COVID-19, ya que hasta hace unos días las únicas instituciones facultadas para su aplicación eran los institutos de salud de los estados, así como dos instituciones privadas ubicadas en la Ciudad de México, las cuales son de muy difícil acceso para la población en general. La abundancia de pruebas está detrás de los ejemplos de “éxito” ante esta pandemia en Corea del Sur y Japón.
En Corea del Sur se ha aplicado el mayor numero de pruebas para detectar el COVID-19 a la población en general y ello ha traído como consecuencia la prevención del contagio y el aislamiento de las personas contagiadas, sean sintomáticas o asintomáticas, y por su parte Japón ha implementado el uso de la mascarilla o tapabocas para la población en general y ha evitado en gran medida el contagio de este virus.
Ambas medidas adoptadas por los países antes mencionados, han sido rechazadas tajantemente por el doctor López-Gatell, al grado de caer en la irresponsabilidad de negar la venta de pruebas a la IP en general. Ha habido una reticencia a las pruebas rápidas bajo el argumento de que las mismas no están autorizadas por la OMS, y que las pruebas autorizadas en Estados Unidos no le convencen. ¿Por qué, si en el país vecino tenemos ejemplos de cómo se ha combatido esta enfermedad y se ha prevenido de forma favorable en comparación con Italia y España, nosotros nos negamos en aplicar dichos métodos?
Lo anterior ha traído como consecuencia que la información proporcionada en las conferencias vespertinas no sea del todo precisa, pues si se aplica un número tan reducido de pruebas del COVID-19 no tenemos certeza del número real/aproximado del número de contagios y la dimensión REAL de la situación ante la que nos encontramos; parece broma que tenemos mil trescientos casos de coronavirus y miles de casos de neumonía atípica, ¿cuando habíamos escuchado de eso?
No olvidemos que en el año 2009 cuando estuvo al frente de la Dirección de Epidemiología de la Secretaria de Salud, López-Gatell fue “relevado” de su cargo por haber actuado de forma tardía ante la Influenza AH1N1; no dejemos que eso vuelva a pasar y como sociedad tomemos conciencia de la gravedad de la pandemia y tomemos las medidas necesarias para enfrentarla.