En Sinaloa el horno de Morena no está para bollos pues empieza una lucha interna y externa por el control de ese partido político en el estado, estado que en las pasadas elecciones fue el estado del norte del país que más redituó a AMLO y logró colocarse como la primera fuerza política en Sinaloa ganando casi todos los distritos para diputados locales, así como ganó las siete diputaciones federales y la fórmula hacia el senado también salió airosa. Obtuvo una buena cantidad de las alcaldías ganando las principales que son Ahome, Culiacán, Navolato y Mazatlán.

Como ven, la fuerza de Morena es un jugoso manjar nada despreciable y por ello hasta un ex panista como el Güero Cruz está entre los interesados en ganar la dirigencia estatal morenista. Esto promete ser una batalla campal pues aquí hay varios grupos dentro del partido lopezobradorista que son de armas tomar y no van a permitir que llegue cualquiera sin sacar raja política. Lo que hizo brincar a un gran sector de dicho partido fue el auto destape que hizo la diputada federal Merary Villegas, quien no es bien vista por los morenistas debido a que la también ex diputada local no ha tenido empacho en convertir al partido en negocio familiar donde ha logrado colocar tanto a primos, hermanos y hasta su madre ya sea en el congreso o en el cabildo de Culiacán.

Lo más alarmante es que la diputada Merary Villegas durante su paso por el congreso del estado no figuro en ningún asunto ni presento iniciativa alguna y solo se dedicó a la grilla, a calentar la curul y recibir el cheque. Es lamentable que Morena continúe dando cuerda a la carrera política de una persona que dista mucho de tener la preparación suficiente para legislar y para muestra lo veremos durante su paso como diputada federal, donde solo será levanta dedos, se tomará selfies y seguirá sacando la vuelta a las preguntas que varios periodistas le hacen precisamente de los casos de nepotismo.

Ahora que Andrés Manuel López Obrador ya no podrá atender asuntos de su partido es momento de colocar a personas que realmente hayan hecho la talacha para sacar adelante al partido y la campaña de 2018. Es una pena que muchas personas que realmente han sudado la camiseta no sean recompensados y considerados para ser cuadros políticos. En Sinaloa como dije, Morena está muy fuerte y tiene que hacerse de elementos para que el partido crezca y no se convierta en un PRI o un PAN que empiece a reciclar una tras otra vez a sus políticos y empiece el chapulineo de un cargo a otro.

Morena Sinaloa debe voltear hacia los jóvenes pues un grueso de su militancia es menor de 35 años y es por ello que deben abrir las puertas a ellos para que se preparen, se capaciten y que en mediano plazo puedan llegar a ser políticos que ocupen distintos cargos de elección popular y algo vital que es el ejercicio como funcionario público pues si bien Morena ganó varios municipios y en 2021 puede ganar la gubernatura. No tiene elementos suficientes para ocupar todos los cargos y lamentablemente tienen que echar mano de priístas, panistas y pasistas.

Todo esto se puede ir por el caño si eligen a un mal dirigente estatal como sería Merary Villegas, que ya ha demostrado que poco o nada le importa el partido y que, en lugar de servirle a ese instituto político, ella se sirve de él sin ninguna pena o disimulo.

El éxito de Morena en Sinaloa no depende tanto de cómo le vaya a Andrés Manuel de aquí al 2021 cuando se celebren elecciones para gobernador. El éxito dependerá de lo que hagan tanto sus diputados locales que tienen mayoría absoluta en el congreso como también los presidentes municipales. En estos momentos quien tiene más posibilidades de ser candidato a gobernador es el senador Rubén Rocha Moya, pero en la política todo puede cambiar de un día a otro y es por ello que los alcaldes morenistas van a poner todo su esfuerzo para ser considerados precandidatos a gobernador.

Quien se está ganando el afecto de la gente es el Químico Benítez, que se ha metido de lleno para sacar adelante al municipio de Mazatlán y no le tiembla la mano para tomar decisiones que afectan a los potentados que por décadas han burlado el pago de impuestos, de luz y de agua como es el caso del estadio de béisbol Teodoro Mariscal que tiene un adeudo de más de tres millones de pesos a la Junta de Agua Potable.