Conocí a Lilly hace unos cuatro años, en la sala de redacción de SDP Noticias, donde ambos colaboramos. Por supuesto que sabía quién era. Una periodista sonorense que durante años había sido conductora en TV Azteca, al frente de programas como Hechos 7 y Mitos y Hechos, programa de investigación periodística en la que denunciaba siempre casos de corrupción, nepotismo y enriquecimiento ilícito.
Me llamó la atención la sonrisa que me obsequió sin saber quién era yo, y la apertura con la que empezamos a conversar sobre los tópicos de nuestras columnas. La recordaba por sus programas de denuncia, en los que demostró siempre que tenía los pantalones muy bien puestos y que no era fácil asustarla.
Cómo olvidar sus reportajes, siempre críticos, sobre temas espinosos como el de los Arellano Félix, el caso Ruiz Massieu o el del asesinato de mi paisana Flora Ileana Abraham.
También, reporteó temas como el Fobaproa, Banamex, el jefe Diego y el caso Paulette.
Pero, quizá el caso más terrible lo vivió Lilly en carne propia. Un atentado del que fue objeto en el año 2000, después de presentar un reportaje contra Samuel del Villar. Saliendo de TV Azteca, su auto recibió ocho impactos y, por un verdadero milagro, resultó ilesa.
Cualquier mortal se hubiera bajado del tren, después del susto, pero Lilly está hecha de una madera muy resistente.
Y seguimos encontrándola en SDP, escribiendo columnas y grabando Videocolumnas con un rating asombroso, que ha llegado a superar los diez millones de reproducciones.
Hace algunos meses, me contó que Andrés Manuel la había invitado a ser candidata al Senado por el Estado de Sonora´. Hay que recordar que Lilly es sonorense de cepa, y ama a su Estado a pesar de haber vivido tantos años en la capital.
Aceptó la propuesta e inició una intensa campaña en fórmula con Alfonso Durazo, recorriendo los municipios de Sonora y llamando la atención de un electorado harto de lo mismo.
Lilly sabía a lo que se enfrentaba. A un Estado de vocación priísta donde la palabra de la gober, Claudia Pavlovich, es ley, y a una candidata del PRI llamada Sylvana Beltrones, ¿les suena el apellido?, hija del patriarca del viejo priísmo, Manlio Fabio.
Ha sido atacada por todas las fuerzas políticas, e incluso por varios colegas, periodistas locales, que instrumentaron una campaña en su contra en redes sociales y medios electrónicos. Incluso, ha presentado una denuncia legal por discriminación
La acusan de todo, de tener un reloj caro, de tener una casa propia, después de haber trabajado por décadas en TV Azteca.
Le pusieron una lona que decía: “AMLO sí, Lilly Téllez no” y ha recibido amenazas también, de un individuo del grupo Red de jóvenes de México en Cajeme.
Pero ¿piensan los ilusos agresores que la van a asustar?
Jamás. Ha enfrentado a rivales mucho más fuertes y nunca se ha rajado.
La conozco bien y sé que, si la dejan llegar al Senado, va a hacer mucho por Sonora.
¡Fuerza, Lilly!, que somos muchos los que te apoyamos.