Las tres principales agencias calificadoras del mundo (Moody´s, Fitch Ratings y Standard and Poor’s) redujeron la calificación de la deuda soberana de México y la de petróleos Mexicanos (Pemex).

Las agencias internacionales iniciaron un ciclo de ajustes en todo el mundo de las calificaciones crediticias a una escala y velocidad sin precedentes, con más de 65 acciones negativas de calificación desde el 9 de marzo y sin importar que a nivel global este pronosticada una recesión para este 2020, no vista en 91 años y que superará por mucho la crisis del 2008. Esto debido principalmente a la pandemia de coronavirus en todo el orbe.

A las calificadoras que han degradado la nota de solvencia de la deuda del Estado Mexicano y de la petrolera estatal, poco les han importado que el país haya mantenido una disciplina fiscal , cuente con un crédito flexible por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), reservas internacionales en el Banco de México, con un fondo de estabilización por más de 100 mil millones de pesos; que se cuente con coberturas petroleras ante la baja de los precios del petróleo y del acuerdo con países de la OPEP para bajar la producción y elevar los precios del crudo.

La agencia calificadora Moody´s rebajó este viernes 17 de abril la nota de deuda soberana del gobierno Mexicano, tanto en moneda nacional como extranjera de ‘A3 a ‘Baa1’, en perspectiva negativa, ante un debilitamiento en las perspectivas de crecimiento de la economía.

De acuerdo a los lineamientos de la agencia estadounidense, la nota ‘Baa1’, indica una capacidad de pago promedio con relación a otros emisores locales y están sujetas a un riesgo crediticio moderado, es decir, se conserva el grado de inversión. La perspectiva negativa significa una probable baja en la próxima revisión.

Moody´s indica que la baja en la calificación de la solvencia del país se debe a que “la primera decisión de política fue la cancelación del aeropuerto en la Ciudad de México en octubre de 2018, determinación política que desestimó las claras señales sobre las ramificaciones económicas negativas. Asimismo, la falta de claridad sobre el rol de la inversión privada en el sector de la electricidad merma las oportunidades de inversión en proyectos de energía renovable y gas natural, siendo que el gobierno sigue aún sin definir una agenda. Más recientemente la cancelación por el gobierno de un proyecto grande de una planta cervecera (la de Constellation Brands, en Baja California), que ya estaba en construcción, vino a dar un fuerte golpe a la confianza de los inversionistas”.

Además la calificadora añade que la expansión de la pandemia de Covid-19 a nivel global causará una importante contracción de la economía mexicana en el segundo trimestre de este año, ante la interrupción de los canales de distribución, la disminución de solicitudes de compras externa sobre todo de los Estados Unidos y el impacto en la demanda interna debido a las medidas de aislamiento social por la cuarentena sanitaria, las exportaciones manufactureras y el turismo de México, que se verán particularmente afectados.

La calificadora también rebajó la nota de solvencia de la deuda emitida por Petróleos Mexicanos (Pemex) de Ba2 desde Baa3 con perspectiva negativa, con lo que la empresa petrolera pierde el grado de inversión y sus bonos son ya considerados especulativos “basura”.

La baja de la calificación de Moody´s a la hoy empresa productiva del estado se debe a que considera que Pemex requerirá financiación externa, para cubrir flujo de caja libre negativo, que aumentará como consecuencia de su limitada capacidad para mejorar sus resultados comerciales”.

Para la agencia, la disminución de la nota de la petrolera estatal refleja la alta vulnerabilidad de la compañía a los bajos precios de las materias primas, dada su frágil posición de liquidez y la excesiva deuda.

Fitch anunció el pasado miércoles 15 de abril una rebaja a la nota crediticia de México a "BBB-" desde "BBB.

La agencia calificadora Fitch Raiting recortó también las notas internacionales a largo plazo en moneda local y extranjera de Pemex para ubicarla en "BB-“ con lo que la deuda de la empresa petrolera queda en grado especulativo.

El pasado 26 marzo la agencia calificadora Standard & Poor's (S&P) redujo un escalón la calificación soberana de México en moneda extranjera de ‘BBB+ a ‘BBB’, y la puso en perspectiva negativa, ante el impacto de la epidemia de coronavirus y la caída en los precios del petróleo, factores que mermarán el crecimiento de la economía.

S&P degradó la nota crediticia de Petróleos Mexicanos, a ‘BBB’, dejándola la nota de la compañía en moneda extranjera desde "BBB+" y agregó que el perfil crediticio independiente de la petrolera estatal también lo degradó a "CCC+", con lo que se está cerca de perder el grado de inversión.

Las agencias calificadoras coinciden en que los bajos precios del petróleo en los mercados internacionales por la disminución de la demanda del crudo por la expansión de la pandemia del Covid-19 a nivel mundial, complican los planes de la empresa petrolera.

 

El hecho de que las tres principales calificadoras a nivel mundial hayan degradado la nota crediticia de petróleos Mexicanos hará que se encarezca el costo del dinero; el costo del crédito para la empresa, y la próxima colocación de bonos de deuda en los mercados nacionales e internacionales, y estos tendrán que tener un premio muy alto para los inversionistas y seguramente serán poco demandados.

Pemex está considerada la empresa petrolera más endeuda del mundo y, aunque ha logrado reducir el monto desde el año pasado y ha estabilizado su producción, aún pesa sobre ella pasivos financieros de casi 102 mil millones de dólares de deuda financiera neta, según cifras al cierre del cuarto trimestre de 2019.

Al parecer las agencias no están de acuerdo con la política económica que lleva la actual administración federal, al no priorizar la inversión privada y por eso las rebaja de las notas.

El gobierno de la Cuarta Transformación no tendrá problemas para la colocación de bonos de deuda en el mercados financieros internacionales, porque aún se conserva el grado de inversión de las calificadores, pero para Pemex la historia es diferente ya que el precio de los créditos se encarecerá y la renegociación de su deuda será más difícil debido a que sus bonos oficialmente están en grado especulativo o “basura”.

Las calificadoras no han tomado en cuenta varios aspectos de la economía mexicana y han sido bastante duros con las notas de la deuda del país y de la hoy empresa productiva del Estado. Entre los aspectos que no han tomado en cuenta están:

  • Hay disciplina en las finanzas públicas y estabilidad macroeconómica

  • El Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios por 158 mil millones de pesos

  • Coberturas petroleras ante la baja del precio del petróleo

  • Líneas de cobertura para futuros del dólar por 30 mil millones de dólares

  • Las reservas internacionales del Banco de México al 28 de febrero se ubicaron en 184 mil 249.5 millones

  • No ha crecido en términos reales la deuda externa ni interna en la actual administración

  • Remesas de los mexicanos que trabajan en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, alcanzaron 36 mil 48 millones de dólares en 2019, cifra superior en 7.04 por ciento a la obtenida en 2018, cuando ingresaron 33 mil 677 millones, informó ayer el Banco de Méxic

  • México cuenta con un línea de crédito flexible del Fondo Monetario Internacional por 61 mil millones de dólares

  • El acuerdo con la OPEP con el cual se reducirá la extracción de petróleo de los países miembros y no miembros de ese cartel a partir del próximo 1 de mayo lo que hará que suba el precio del crudo

Otro aspecto que no están considerando las agencias es que el mercado petrolero recuperara a finales de este año cuando se haya superado la emergencia sanitaria por el Covid-19 y empiece una reactivación de la economía en el mundo, cuestión que hará que haya una mayor demanda de petróleo y el precio suba.

Las agencias calificadoras internacionales no siempre son acertadas en sus notas sobre economía mexicana y esto quedó evidenciado en el 2009 cuando el país tenía en ese año una calificación de "BBB+" de Standard & Poor's y Fitch Ratings y de "Baa1" de Moody's Investors Service. Las calificaciones estaban tres escalones arriba del grado de inversión mínimo, pero ese año el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo en 5.9 por ciento y la deuda externa e interna creció de forma acelerada, lo que representaba riesgos para los inversionistas.

En mi opinión las agencias calificadoras tienen intereses muy particulares y gustan de políticas económicas neoliberales aunque estas sean un fracaso.