El día de ayer dimos la bienvenida al segundo cuatrimestre del año y lo hicimos de una manera un tanto insípida, financieramente hablando hay dos panoramas, los cuales podrían ser algo opuestos, parte del sector público afirma que los indicadores financieros mostraron estabilidad durante los primeros meses del año, pero esto se debe principalmente a que se obtuvieron ingresos no recurrentes fuertes al comienzo del año debido a las licitaciones obtenidas para televisión abierta y los fondos obtenidos de un remanente del Banco de México que entraron a las arcas de la nación, estaremos hablando de cerca de los 93 mil millones de pesos, pero esto sólo se dará una vez, es un ingreso, digámosle algo así como en una sola exhibición, por lo cual pues no es una determinante para decir que todo el 2015 tendremos unas finanzas públicas sanas y estables.
En cierta medida, lo que sí tuvo un resultado positivo para las finanzas del país fue la recaudación fiscal del primer trimestre del año, ya que la retención del ISR creció en tasas aproximadas al 32% y los aranceles aplicados a las importaciones en un 22%, sin embargo es el IEPS (Impuesto especial sobre producción y servicios) fue el que manifestó un aumento considerable, de alrededor de un 300%, ya que se grabaron distintas actividades que no se hacían antes, como los alimentos azucarados y la extracción y comercialización de minerales preciosos (oro, plata, etc.). Como bien le digo, a raíz de esto existen dos opiniones: La primera pues por parte del sector público, que está satisfecho con el resultado de la recaudación fiscal y con los ingresos extras (no recurrentes) que se tuvieron con la aplicación de impuestos derivados de la reforma fiscal y de los pagos derivados de la reforma en telecomunicaciones, resultado positivo para el inicio del año aun y cuando los ingresos petroleros bajaron de manera estrepitosa y considerable; y por el otro lado está la percepción del sector privado, que no ve claro una mejora en la infraestructura que permita crecer económicamente, o de perdida mantenerse, ya que en términos financieros, de productividad y de desarrollo económico, nuestro país está reprobado en lo que va del trienio (2012-2015).
¿Qué nos depara en el periodo central del año? Bueno principalmente, como les comentaba a finales del 2014, necesitamos cautela, analizar bien las posibilidades de inversión, ya que aún no hay políticas que la incentiven con la deducibilidad de activos, otro punto es que la reforma financiera al parecer aún sigue en pañales, ya que la obtención de créditos a tasas de interés atractivas y con menos burocracia para ser obtenidos aún sigue siendo un mito, por lo que en sí seguiremos tratando de trabajar con lo mismo, aún y cuando el costo de nuestros insumos se sigue manifestando a la alza. Los factores clave que tendremos que vigilar para el periodo mayo-agosto son la inflación, el tipo de cambio contra el dólar, tasa de interés referencial (TIIE o CETE) y los indicadores de deuda pública. Vigilando esos datos podremos predecir de manera adecuada cómo cerraremos el año y ahora sí poder juzgar el desempeño de los involucrados.