Si los grandes terrenos se destinaran para parques, áreas de esparcimiento, la Ciudad de México sería otra cosa...
Miguel Ángel Mancera y los delegados permiten la construcción de grandes centros comerciales en zonas conflictivas, sin importar el impacto ambiental, sin considerar si afecta a los habitantes de las colonias circundantes, lo que sí les importa y mucho, es el negocio, los jugosos contratos, los famosos y cuantiosos "moches".
Como es el caso del centro comercial "Patio Tlalpan" ubicado en Avenida Insurgentes Sur 4177, en la colonia Santa Úrsula Xitla. A pesar de la negativa de los vecinos, este monstruo comercial está casi terminado. Esta obra es del Grupo México Retail Properties y cuyo propietario es Gerónimo Gerard Rivero, cuñado del ex presidente Salinas de Gortari.
Santa Úrsula Xitla es un pueblo originario de la delegación Tlalpan, mejor conocido en tiempo prehispánico como Tochico, "Lugar de los conejos" y fundado por los Tepanecas hacia 1521.
En la actualidad, está atestado de condominios horizontales y edificios de departamentos a pesar de que en el pueblo hay graves problemas de agua, y movilidad. La Avenida Santa Úrsula, es una de las dos únicas salidas para los habitantes de las quince colonias en su entorno.
A través de los años, los delegados en turno han seguido otorgando permisos para la construcción desmedida de inmuebles, mientras la colonia, se cae a pedazos. Las calles mal pavimentadas, las pocas banquetas que hay destruidas, pésima iluminación que la delincuencia aprovecha para asaltar e incluso asesinar a transeúntes. Y debido a la sobrepoblación, el tránsito es intenso a cualquier hora del día.
A Miguel Ángel Mancera y a la delegada Claudia Sheinbaum, lo que menos les importa es el bienestar de los colonos. Permitieron que a pesar de las protestas y necesidades de los vecinos, se construyera. Lo principal, para ellos son los jugosos negocios que pueden realizar estando en sus cargos y autorizando estas construcciones que deterioran y alteran la vida de los habitantes.
La clínica San Rafael fue construida entre 1945 y 1949 por los religiosos de San Juan de Dios para la atención de pacientes con enfermedades mentales. Fue cerrada en el año 2009 y los pacientes fueron trasladados a otras clínicas. Algunos declaran que sus familiares desaparecieron. Posteriormente en el año 2013, inició la demolición de la clínica. Durante el proceso, estaba prohibido filmar tomar fotografías. Destruían y ocultaban.
Vecinos del lugar mandaron a Miguel Ángel Mancera una carta pidiendo que dicha construcción se suspendiera, ya que iban a ser talados 166 árboles y que se perderían miles de metros cuadrados de áreas verdes. La obra fue suspendida y reanudó su construcción en diciembre de 2016. El negocio es primero, el bienestar de la gente viene después. En fin, de nada sirvieron las protestas, el centro comercial está casi terminado.
La construcción es extraña.
Patio Tlalpan es un complejo comercial construido sobre el mismo terreno por el que deambularon durante décadas, miles de pacientes que estuvieron sometidos a tratamientos inhumanos.
Se usaban métodos extremos para controlarlos, se practicaban lobotomías, sesiones de electroshocks y hasta exorcismos. Suena macabro.
Lo único que quedó de aquel infierno, es la fachada de la clínica y detrás de ella el majestuoso centro comercial. Al verla, es imposible dejar de imaginar lo que ocurrió durante tantos años tras sus rejas... La Clínica San Rafael era una de las más temidas.
Ahí, entre sus paredes, debieron quedar impregnadas las almas de aquellos pacientes desamparados, de esos seres humanos enfermos, indefensos que fueron sometidos sin clemencia a métodos extremos. Debe estar ahí la energía acumulada de tantos años de inimaginables sufrimientos y torturas... Las almas de esos seres humanos con diversas enfermedades mentales que no tenían capacidad para defenderse seguirán ahí por siempre...
Se eriza la piel... es siniestro.
Si algún día visitas "Patio Tlalpan", no mires hacia atrás...