El presidente Andrés Manuel López Obrador visitó Tlaxcala para conocer cómo van los Programas Integrales de Bienestar en la entidad, y llamó la atención la buena relación institucional que guarda con el Gobernador de Tlaxcala, Marco Mena.

Revisando las últimas giras presidenciales, no se encuentra una deferencia especial como la que López Obrador mostró al gobernador de Tlaxcala.

De entrada, el presidente le tomó la palabra a Mena y se comprometió a respaldar a Tlaxcala con la operación del programa Supérate, una iniciativa del gobierno estatal para lograr que más de 70 mil personas salgan de la pobreza extrema en la entidad.

Justamente, en la presentación de dicho programa, hace un par de semanas, el gobernador del estado dijo que dicho programa se diseñó a partir de la experiencia exitosa de combate a la pobreza que se ha realizado en más de 20 países, y que además recoge la opinión de expertos en esta materia.

López Obrador, que reconoce la importancia de apoyar decididamente a los pobres, manifestó que apoyará este programa para que Tlaxcala sea el estado que, en los próximos años, tenga los niveles más bajos de pobreza extrema en el país.

También elogió que Tlaxcala se distinga por un manejo responsable del presupuesto y que, en consecuencia, sea el único estado sin deuda pública en México.

Bajo este panorama, es claro que hay coincidencias en la visión política de lo que implica el acto de gobernar, y que existe un ánimo de cooperación por encima de intereses de grupo o de partido, como el mismo Ejecutivo federal lo expresó en la ciudad de Apizaco.

Realmente hay un buen ánimo en el trabajo de ambos niveles de gobierno, y eso es algo que se debe reconocer, ya que se traducirá en beneficios para los tlaxcaltecas, principalmente los que menos tienen.