La política es la forma ideológica que centrar el poder a un grupo de personas que lideran y velan por las garantías de una población. Este término se remonta al siglo IV a.c. cuando Aristóteles desarrolló su obra filosófica Política que titulo Política

La obra que escribió  Aristóteles está en desacuerdo con la opinión de la dominación política, del gobierno real, del estado y sus esclavos. En este texto examina las diversas opiniones sobre el mejor régimen, hace mención de la distribución de los poderes políticos; poder judicial, poder legislativo y poder ejecutivo, los tipos de democracia y de oligarquías, la teoría general de la ciudad perfecta,  las revoluciones en diferentes tipos de constituciones, las formas de preservar las constituciones mediante las instituciones, de la inestabilidad de las tiranías y hoy (Dictaduras), las instituciones ideales del estado ideal. Con esta gran obra Aristóteles fundamentó los principios de lo que actualmente es la Administración del Poder.

Como podemos ver la obra de Aristóteles, sigue prevaleciendo en nuestros días, ya que el hombre no ha cambiado su mentalidad de tener poder a través de la política.

 Con este breve resumen, quiero hacer mención sobre nuestra clase política mexicana,  que nos ha regido desde el siglo XIX con el Gral. Porfirio Díaz Mori, que perduro en el poder por 35 años, estableciendo una dictadura en nuestro país, posteriormente se inició la revolución mexicana, la promulgación de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos el 5 febrero de 1917. Hasta que Plutarco Elías Calles fundó el Partido, antes llamado Partido Nacional Revolucionario (PNR) el 4 de marzo de 1929 y, actualmente Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó por 70 años, cortándose su racha por dos sexenios, volviendo al poder en la actual gestión presidencial. Este partido político ha sido la camada y el mayor semillero  tanto de  políticos como de creadores de nuevos partidos políticos y, que por diversas circunstancias, han tomado la decisión de salir e  incorporarse a otros partidos. Lo que llamaría ¡TRAICIÓN! a una ideología partidaria!       

A mi parecer en este tipo de acciones son TRAICIONES no hay otro calificativo, desde hace tiempo y actualmente nuestra flamante clase política, han tomado la decisión de cambiar de partido con bastante frecuencia y, no por la razón de servir a su gente, Municipio, Estado y País. Lo hacen por tener poder y no perder el poder. Sería importante hacer algunas preguntas al respecto, si los políticos que traiciona su ideología partidaria, ¿serán dignos que la gente les tenga confianza y credibilidad? Si, entre ellos se traicionan ¿qué nos esperamos los ciudadanos y el país? Estos políticos traicioneros surgen por varias causas, siendo las más comunes, cuando su partido NO los eligió, para ser candidatos en su momento, en algún puesto de elección popular, que según ellos decían merecer, por haber trabajado, tener los meritos, el tiempo y la experiencia suficientes, para ser los candidatos  de su partido, o bien por tener serias y grandes diferencias ideológicas, con los dirigentes del partido y, por enojo deciden emigrar a otros partidos, donde unos  líderes, les brindan cobijo y respaldo y, otros líderes de igual forma los aceptan e invitan, para iniciar en automático su proceso de purificación, de todos sus pecados que puedan tener, por haber sido militantes de otro partido político, en pocas palabras aceptan todo tipo de cascajo. Sería importante que cada partido político, estableciera candados en sus estatutos y así poder reservarse el derecho de admitir, a este tipo de políticos como nuevos militantes en sus filas.

Y los eternos políticos del sistema, que si ya fueron gobernadores de su respectivo Estado y, quieren seguir ocupando puestos como Senadores, Diputados Federales elegidos por la vía plurinominal y, ser Jefes Delegacionales o Gobernadores de otras entidades Federativas de los que no son originarios por nacimiento y Presidente de la Republica. Así como también, no podrían faltar en este prestigiado grupo, los eternos y despreciables líderes sindicales. Este tipo de políticos no necesariamente se ven en la necesidad de traicionar a su partido de origen, son los clásicos Chapulines, los cuales son sumamente felices, en ir saltando de puesto en puesto, a este tipo de políticos es necesario e importante ya no permitirles estás prácticas abusivas, corruptas e inmorales y, el mejor calificativo que mejor los define, es ser los parásitos más nefastos del sistema y, que la gente repudiamos.  

Las TRAICIONES partidarias por desgracia la Ley las permite entonces no hay lio, como lo menciona el Sr. Federico Arreola, en una de sus columnas, pero yo sí me atrevo a decir que solamente serian justificadas si, y solo sí, los políticos tuvieran la firme convicción en ser, la última opción para ayudar y ocuparse de su gente, a rescatar al país de la profunda crisis, en la que nos encontramos, por la culpa de los malos gobernantes que hemos tenido a lo largo del tiempo, aquí sí, aplicaría la frase del gran Nicolás Maquiavelo: “EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS” pero desafortunadamente, no van encaminadas a una buena causa y razón. Lo único que veo es una inmensa sed de poder desmedido, cínico e interminable, que a la clase política mexicana le caracteriza, la cual carece de toda ética, moral y principios, queriendo a toda costa  seguir viviendo del erario público y todas las canonjías de las que gozan. Se tendrá que legislar a la brevedad para acabar de raíz con estas y muchas prácticas funestas, que lo único que dañan es al país. ¿Habrá que ver qué políticos honorables hay? y si los hay, ¿estarían dispuestos a realizar dicho cambio? Si lo llegaran a efectuar en ese momento se ganarían el respeto y la confianza de todo todos los ciudadanos.

Y como conclusión menciono una frase de Benjamín Disraeli: “NO HAY ACTO DE TRAICIÓN O DE LA MEZQUINDAD DE LA QUE UN PARTIDO POLÍTICO NO ES CAPAZ, PORQUE EN POLÍTICA NO HAY HONOR”.

 

Elsa Lesster

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