Vaya un poco de historia…

En los albores de los años 60´s del siglo pasado, el dramaturgo estadunidense, Edward Albee, quien por  cierto cumplirá apenas 2 años de haber fallecido este 16 de septiembre de 2018, dio a conocer una magnífica obra titulada. ¿Quién le teme a Virginia Woolf?

La trama de la novela gira en torno a la fría relación entre una pareja, donde el hombre, de nombre George, es maestro de medio pelo, casado con Martha, hija del Rector de la institución educativa donde George es catedrático.

Martha tiene problemas de alcoholismo, conserva su belleza, es en ocasiones violenta y refleja un vacío  existencial, quizás por la falta de un hijo, por la falta de emociones o por lo lineal de su vida cotidiana.

George, es un hombre inteligente, bien parecido y conforme con su vida.

Ambos, ante la falta de descendencia, crean una ilusión consentida, donde imaginan que mantienen un hijo en una universidad lejos de donde ellos radican.

La trama hace crisis cuando invitan a un matrimonio a una velada a su casa, pero como se pasan de copas, surgen los rencores que han tenido escondidos y delante de los visitantes, se enfrascan en un episodio donde se recriminan los defectos de cada uno. Al final, después de la despedida de los invitados, la casa queda en silencio y la soledad vuelve a ser presa de ellos.

En la novela, las acusaciones y resentimientos entre  los actores principales, da pie a entender que la falta de comunicación, tolerancia y aceptación de las diferencias son las verdaderas causas de los conflictos.

Para hilar el tema, es necesario entender, que la propuesta de la “Cuarta Transformación de México”  que el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, nos ha dicho que va a iniciar en cuanto ejerza el poder presidencial, a mi juicio, más allá de ser una propuesta dogmática, debería ser una política pública bien definida de su gobierno, porque al parecer, sólo se traduce en erradicar la corrupción en la esfera gubernamental.

¿Acaso la Cuarta Transformación llegará al sector social y privado de México?

Si esa es la idea, ¿cómo se va a implementar o cómo van a participar esos 2 segmentos en esta gran cruzada?

Porque al menos hasta hoy, los 2 han permanecido al margen de cualquier decisión que se ha tomado al  respecto.

Como la novela de Albee, la falta de comunicación entre los actores participantes, deja muchas interrogantes, resentimientos y dudas sobre este gran cambio que el nuevo gobierno nos propone.

El temor a esta Cuarta Transformación es que se pueda perder en el intento, porque nos dejaría inermes a creer en nosotros mismos y nos pondría en una indefensión ante nuevas expectativas, sueños y otras convocatorias de este tipo.

El temor es que la nueva reforma educativa regrese al estado original y que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, “la” CNTE, logre su propósito de regresar al antiguo sistema donde el Estado, como patrón, se vea obligado a compartir el presupuesto del sector educativo con ellos.

Porque al final de cuentas, esto parece ser el objetivo final.

El temor es escuchar al diputado Mario Delgado, coordinador de la bancada de MORENA en la Cámara de Diputados, decir que de la reforma educativa que ya está en marcha, no quedará ni una “coma”.

Eso, más que miedo, da terror.

La intención de iniciar una Cuarta Transformación de México es elogiable.

Pero no nos debe pasar lo que Martha y George sufrieron una vez que se quedaron solos…

Porque la soledad para México sería terrible.