Diariamente miles de ciudadanos salen a las calles y hacen uso del transporte público, sea bueno o malo la misma necesidad de moverte de un lado a otro no te deja otra opción: estudiantes, amas de casa y ancianos son algunos de sus usuarios más frecuentes. En Acapulco tenemos una gran variedad de transportes en los que incluye a los urbanos que son camiones caracterizados por sus colores llamativos y sin respeto al derecho ajeno al manejar que recorren sobre todo la Costera y que cuestan $7 y 8$ con aire acondicionado, los Vochos azules que solo hacen viajes especiales y los Tsurus amarillos que son colectivos y te cuesta $14 el aventón. Para conducir aquí no hay límite de edad, aquí puedes ver a un joven de 15 años manejando un urbano quitado de pena por toda la costera de Acapulco, rebasando en los carriles como si trajera una moto y en la baba con la música en alto volumen que trae encendida. Tampoco existen los límites de velocidad, 1 de cada 5 colectivos amarillos se quedan estampados por manejar a velocidades arriba de los 60 km/h en donde solo se deja manejar en 20, la urgencia de levantar y dejar pasajeros es más grande que la integridad física . Los vochos azules no caen en las manías de los anteriores pero a la hora de cobrar a falta de taxímetro ellos ponen la tarifa, la cual depende si eres local o turista algo así como blanco o negro. A falta de políticas públicas a su favor los ancianos, embarazadas o discapacitados hacen de su uso del transporte en Acapulco una aventura desde que ponen el primer pie dentro del camión esperan el primer jalón o ya arriba entre paredes y asientos rotos y grafiteados van bailando al ritmo de los corridos o cumbias dejándose llevar por el freno y acelere del chofer que aparte del camión en esos minutos queda responsable de la integridad física de sus clientes, sin olvidar a los colectivos amarillos que son como los autos sardinas en Six Flags que suben de 5 a 6 pasajeros en un Tsur. Diariamente me subo a estos transportes por eso sé que no me equivoco y mis paisanos se identificarán y también recordarán aquella promesa del Acabús por parte del ex presidente Luis Walton de Movimiento Ciudadano que prometió mejoraría alguna parte de esta problemática, pero solo se hicieron carriles y se dejó una gran deuda, del Acabús ya no se sabe nada. El presidente electo en Acapulco, perteneciente al PRD, Evodio Velázquez, ya menciono que tomará cartas en el asunto, el cual aparte de que se necesita traer un buen proyecto que no endeude al municipio necesita no tener miedo ni pactos con el gremio transportista para renovarlo y actualizarlo, ya que muchos candidatos pierden el respeto y facultades para poner orden porque en sus campañas son apoyados por los votos de ese sector. Mientras la tarea de inspeccionar a los conductores, los límites de velocidad y el estado de las unidades se le siga otorgando a pequeñas mafias y no al municipio este tema quedará como todos los años sin resolverse y con la mentalidad que este transporte es el que se merece. Así como en los mercados, vía pública y en la seguridad se siga haciendo pactos a cambio de votos, favores y dinero todo seguirá igual y peor, haciendo lo mismo se seguirá viviendo igual, la corrupción afecta todos los sectores y las consecuencias ya se están viviendo. Acapulco merece tener un transporte público de calidad para recibir al turismo y darle lo que se merece a nuestros paisanos, si se sigue afectando a la mayoría para acobijar a una minoría estamos jodidos. Mi twitter : @marcoapontemend