La pandemia ha desquiciado a un montón de personas, con diversos niveles de psicopatología, el más leve es la persona con el ego desatado, compartiendo noticias, videos y canciones cada cinco minutos, y los más gruesos vandalizan y atacan a los trabajadores del sector salud.

En este planeta, con gente tan diversa, esperaba que algún chiflado contagiado de coronavirus, terminara convirtiéndose en una especie de asesino serial, contagiando deliberadamente a la población (cuando inició el Sida, hubo historias aterradoras).

Hasta ahora no ha ocurrido tal cosa, lo más parecido es el caso del youtuber venezolano David Show, quien, a pesar de haber dado positivo, salió a hacer compras; por ello, lo tundieron en redes y la Delegación Benito Juárez de la CdMx, puso una patrulla afuera de su casa para vigilarlo (y si fuera el caso, consignarlo).

Se pueden especular diversas teorías sobre los motivos de su proceder, pero destaca un hecho concreto: cuando el video fue retirado de YouTube, tenía más de 860,000 visitas y cuatro anuncios pagados. Sea como sea (y al igual que otros carroñeros) obtuvo un beneficio económico de la pandemia.

Antes pensaba que los youtubers eran para adolescentes, luego, mi hermano Toño me aclaró que también había youtubers para adultos, que hacían análisis político (lo más alejado de mis deseos). La verdad, es que yo no soy mucho de youtubers, aunque he visto algunos divertidos, de acá y del extranjero, pero los canales a los que estoy suscrito son de música o de comedia, mi vouyerismo todavía no me lanza hacia los videos de gente que cuenta cómo le fue en el día, qué comió y qué hizo con su pareja.

David Show, como youtuber, realmente no hizo nada malo (salvo la probabilidad de haber contagiado a un montón de personas, de manera imprudencial, salvaje e inconsciente), solo cumplió con su papel acostumbrado: salir a comprar pizzas congeladas y hablar sobre eso (la decadencia de la civilización actual se refleja en el número de seguidores de un “influencer” que habla de pizzas congeladas; ésta incultura es igual de peligrosa que la corrupción, por ello no entiendo por qué el “Peje” no apoya a la cultura). El verdadero pecado de David Show es cobrar por comprar pizzas congeladas y hablar de eso. Y ver esos videos es como fumar “piedra”.

Si David Show fuera de esos youtubers que viajan por el mundo, sería de los que transmiten: “Dicen que esta parte de Siria es peligrosa, pero a ver qué transa”. Actuó de manera mecánica, no midió las consecuencias. No se puede esperar que Fox cite a Ciorán, que Calderón no se lleve una copa a la boca, o que Peña Nieto no se robe la propina de otra mesa; actúan conforme su naturaleza.

Un youtuber hace monólogos unipersonales y su materia prima es el Wi-Fi. Su cotidianidad es compartida todo el tiempo, jamás le resultó peligrosa; aparte, salió con cubrebocas y guantes (que no usó ni en el cajero automático ni al tocar mercancías, pero bueno, la intención es lo que cuenta). No lo disculpo, la búsqueda de vistas no justifica ningún acto que ponga en peligro la vida de los demás, pero más graves están quienes salen de vacaciones y/o de fiesta, a pesar de las recomendaciones que diariamente se transmiten.

Finalmente, David Show se disculpó y bajó el video. Lo que sí resultó una sorpresa para mí, fue que el propio público del youtuber, ¡lo recriminó! Yo tenía algunos prejucios respecto a los seguidores de los youtubers; pensaba que eran frívolos y vacíos y que veían tutoriales de modas, pero este experimento me abrió los ojos. Ahora me doy cuenta de que tienen capacidad de indignación, cultura y una conciencia del bien. La humanidad no anda tan perdida. Por un momento creí que Chumel Torres podría ser el candidato presidencial de México Libre.