El pasado día 29 de agosto se cumplieron 40 años del decreto que le dio vida a la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). Cuatro décadas de trayectoria de una institución académica dedicada a la formación de profesionales de la educación, a la divulgación de la cultura educativa y a generar investigaciones originales en materia pedagógica. Actualmente cuenta con una red de 70 Unidades, 208 subsedes académicas y tres Universidades Pedagógicas Estatales (Chihuahua, Durango y Sinaloa), cuyas sedes están distribuidas en prácticamente todo el territorio nacional.
Es una institución pública, dependiente directa de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que ha atravesado por distintas etapas durante su relativamente joven historia. En 1978, cuando se creó, participaron como actores clave la dirigencia del SNTE y las propias autoridades educativas federales, entre quienes se concertó el nacimiento de esta universidad como parte de las demandas del magisterio nacional para alcanzar la profesionalización.
No ha sido pasos fáciles los que ha dado la UPN durante su recorrido histórico. Desde los inicios de su existencia, cuando don Jesús Reyes Heroles fue titular de la SEP, esta casa de estudios fue duramente cuestionada por diferentes grupos de maestros y maestras, quienes consideraron que su creación obedecía a una operación política tendiente a pulverizar a la Escuela Normal Superior de México, una de las instituciones educativas públicas que contaba con los maestros más combativos y activistas del gremio, desde los años 50, y cuyos estudiantes-docentes en servicio, participaron también activamente en diferentes procesos sociales, incluyendo el movimiento estudiantil de 1968.
Durante sus primeros años de existencia, la UPN se concentró en la formación de docentes, directivos y personal técnico de la Educación Básica pública, a través del Sistema de Educación a Distancia (SEAD), a partir de un esquema de asesorías semi presenciales, con la ventaja de participar y realizar –para los estudiantes-docentes-, estudios de licenciatura en su campo profesional, sin destinar demasiado tiempo a la semana, debido a que eran docentes o directivos en servicio.
Así fue como la universidad ofertó, a la comunidad docente del país, la Licenciatura en Educación Básica (LEB), Plan 1979, que con un esquema similar, desarrollo paquetes de materiales de lectura (antologías) que jugaron un papel importante en los procesos autoformativos de los profesores de Educación Básica en servicio. Más tarde se creó el programa de Licenciatura en Educación Preescolar y Educación Primaria (LEPEP), Plan 1985; y sucesivamente el programa de la Licenciatura en Educación, Plan 1994, ambos dirigidos a docentes, directivos y personal técnico de la escuela pública. También la UPN lanzó el programa de la Licenciatura en Educación Preescolar y Educación Primaria para el Medio Indígena (LEPEPMI), Plan 1990.
“El 18 de mayo de 1992 marca un hito en la historia de la UPN con la firma del Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica; documento que, por la vía de los hechos, comprendió a la Universidad Pedagógica Nacional. El Acuerdo significó la transferencia de los recursos humanos, materiales y financieros de las Unidades, así como las relaciones laborales a las entidades federativas afectando el comportamiento académico de la Institución, aun cuando la normatividad académica seguiría siendo sancionada y emitida por la Secretaría de Educación Pública, a través de la Rectoría Nacional.” (1)
Desde su creación, la UPN ha sido una de las instituciones de educación superior que se ha preocupado por mantener un nivel académico aceptable entre sus egresados, a través de los programas profesionales (licenciaturas) escolarizados en Psicología Educativa, Sociología Educativa, Pedagogía, Educación Indígena y Administración Educativa. También ha sido una institución académica de avanzada en la generación de programas de posgrado en el campo de la educación.
En 2002, la universidad hizo suya la necesidad, detectada en varios países de América Latina y el Caribe, de ampliar el abanico de opciones formativas y profesionales en el campo educativo, para lo cual creo el programa de la Licenciatura en Intervención Educativa, con diferentes líneas terminales formativas en campos como la Gestión Educativa, la Educación Inicial y la Educación para Jóvenes y Adultos, entre otras.
Según sus documentos oficiales, la planta académica de la UPN en todo el país, genera conocimientos, estrategias y modelos pedagógicos para comprender y transformar la educación en México. En la parte directiva, durante sus 40 años la UPN ha tenido 16 rectores y rectoras, de los cuales solo dos de ellos han repetido en ese cargo en periodos discontinuos.
Según la lista de investigadores miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI-CONACyT, ene.-dic., 2016), la UPN tiene 95 investigadores registrados, de los cuales 6 son de nivel II; 68 de nivel I y 21 candidatos a ser investigadores. La investigación educativa que se lleva a cabo por parte de los profesores de tiempo completo, en la UPN, tiene dos categorías: 1) La que tiene lugar en la Unidad central de Ajusco, que concentra a la mayor capacidad científica (63 de 95 investigadores registrados en el SNI), y que además cuenta con la infraestructura “adecuada” para realizar su labor; y 2) La que se realiza en el resto del país, a través de las unidades académicas que se distribuyen en los estados y cuya labor es esencialmente de docencia, pero no de investigación; y donde hay sólo 32 investigadores incorporados en el Sistema (SEP-CONACyT), en contra de todas las adversidades. Incluyo en este segundo grupo a las Unidades UPN ubicadas en la zona metropolitana de la Ciudad de México (CDMX).
Están presentes en mi memoria, maestros y maestras que han formado parte de los cuerpos académicos de nuestra institución y que han sido responsables de la preparación profesional de varias generaciones. Durante mis 28 años de colaboración en la UPN, Unidad Querétaro, he compartido experiencias con grandes amigos y colegas docentes. A todos ellos, les expreso mi reconocimiento y respeto.
Cabe señalar que la comunidad de la UPN se caracteriza por ser proactiva, crítica, colaborativa y en permanente reflexión. A todos los trabajadores académicos y administrativos, así como a los y las estudiantes y directivos de nuestra universidad, felicidades. No tengo duda que todos los que integramos esta comunidad, cada día, tratamos de ser congruentes con su lema: “Educar para Transformar”.
Fuente consultada:
(1) http://upn145-tuxpan.blogspot.com/2010/12/breve-historia-de-la-upn.html