Últimamente en las redes, se ven cada vez más y más quejas de vecinos furiosos porque el de junto no hace lo que ellos piensan debe ser; se muestran fotografías de niños jugando con sus madres a un lado cuidándolos… ¡¡vaya irresponsabilidad!!, sale otra donde un grupo de trabajadores pasa un rato fumando un cigarro… pero ¿cómo es posible? ¡No llevan tapabocas! Algunos solo los critican, otros los juzgan de irresponsables, pero hay quienes piden a gritos la intervención de la autoridad.
Se trata de que la gente se cuide, se quede en casa, no se trata de un estado de derecho en el que el gobierno deba intervenir. ¿Por qué la gente necesita tanto de la intervención del gobierno? ¿Que les digan qué sí pueden y qué no? Vivimos en un país libre, ahora más que nunca existe la libertad de expresión, el derecho a elegir.
Pero el mundo cool, el de las redes, del FB y del twitter dicta decir lo que hay que hacer, pensar y decir. Es la versión moderna de la Inquisición, pero hay que tener cuidado con lo que piden… ¿por qué pateamos nuestra libertad? La libertad de elegir quedarme en mi casa, la libertad de poder salir a pasear mi perro, libertad para salir a trabajar. Lo que pienso realmente es que esta bandera de libertad se levanta solo para las “causas que a mí me gustan”, de lo contrario vamos juzgando como deporte nacional.
Pareciera que está prohibido pensar diferente.
En México, el gobierno federal, junto con la aprobación del Senado y la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ha declarado un estado de emergencia pero sin tomar una serie de medidas irresponsables, arbitrarias y hasta alarmistas como en algunos estados como Yucatán, Baja California o Jalisco, que solo buscan infundir temor a la población. En la CDMX se ha implementado el programa “Hoy no circula” para todos los automóviles sin importar el holograma que se tenga, sin embargo, ¿esta intervención de la autoridad realmente ayuda a la no propagación del virus? O simplemente nos orilla a utilizar el transporte público y estar más expuestos a la propagación del mismo?
Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla, en donde nos imponemos una forma de pensamiento y de enfrentar la realidad. Se convierten en el “Big Brother” autoritario y dictatorial, en donde el pensamiento uniforme nos hace perder personalidad, generando así otro pequeño holocausto.
Es increíble el juicio que se respira por donde volteamos, y es que no te estoy diciendo que no te quedes en tu casa, al contrario, por favor no salgas o sal lo menos posible, pero es que es una barbaridad que por salir a fumar un cigarro tengas que sentirte como un criminal, peor que cualquier pecado mortal.
Somos una sociedad en donde lo bueno y lo malo es demasiado colectivo y no permitimos a los demás que piensen un poco distinto o hagan un poco diferente porque entonces se vuelven enemigos y objetivo de humillación.
Si tú haces todo lo que crees que debes de hacer para mantenerte a salvo probablemente lo estarás sin necesidad de que la autoridad tenga tomar ese carácter represor para obligarnos a cuidarnos.
Hay que reflexionar que la intervención de la autoridad es muy importante, sin embargo hay que saber cuando y hasta donde, para no invadir la libertad de las personas de forma innecesaria.