Será difícil escuchar en el Informe presidencial que rendirá este 1 de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que “México vivirá la peor crisis desde 1932”, que el escenario de la pandemia es “catastrófico”, que va en incremento el número de homicidios dolosos, y que se está perdiendo la lucha anticorrupción. Aún cuando los propios integrantes del gabinete ya lo han admitido en declaraciones recientes, AMLO seguramente repetirá como cada mañana que “vamos bien”, que “la pandemia está domada”, que ya se acabó la corrupción, “que la economía va para arriba”, que se acabarán los pobres, y que los neoliberales y sus adversarios “cucharean” encuestas para decir que “llega debilitado”, y disminuye su aceptación entre los mexicanos.

En víspera de que se deba cumplir con la formalidad de presentar el tradicional informe de gobierno resulta apropiado realizar un análisis de cómo ha venido informando -según sus datos- a los mexicanos, el presidente constitucional Andrés Manuel López Obrador, quien a principios de año prometió realizar cuatro informes de actividades durante este 2020. En lo que va del presente ya dio cuenta de un par de ellos en abril y julio, y estará ofreciendo el tercero este 1 de septiembre, para concluir el primer día de diciembre con su último reporte de actividades.

Ahora bien, ¿qué es lo que podemos esperar del Informe presidencial basándonos en los reportes anteriores, y lo que han comunicado sus secretarios de gabinete? Repasemos:

En su primer informe, el 5 de abril, “el jefe del ejecutivo dio cuenta al pueblo de México de las acciones que se iban a tomar para enfrentar la pandemia de coronavirus. Una de las propuestas de López Obrador fue que los altos servidores públicos rechazaran su aguinaldo como medida de austeridad para afrontar la crisis; además, planteó la posibilidad de que se bajaran los sueldos de los funcionarios con mayor posición jerárquica.

En tanto, aclaró que no habría despido de trabajadores al servicio del Estado”.

También “dio a conocer que, a pesar de las medidas de austeridad y las afectaciones económicas provocadas por la pandemia, las obras prioritarias como la Refinería de Dos Bocas en Tabasco, el Aeropuerto de Santa Lucía y el Tren Maya, seguirían con su construcción, pues argumentó que estas edificaciones traerán la inversión necesaria para llevar hacia delante al país.

Durante su discurso informó que se le adelantaría a los más de ocho millones de adultos mayores cuatro meses del pago de la pensión. En ese mismo sentido, los apoyos para niños, niñas y jóvenes, así como para discapacitados también serían adelantados”. (El Heraldo 29/08/20).

Ese mismo día compartía orgulloso el siguiente dato: “México es, después de la India, el país con menos infectados por coronavirus y el tercer país con menos defunciones, por número de habitantes”, se jactaba el presidente.

En el segundo informe trimestral de 2020, en julio, “el presidente defendió su estrategia para hacer frente a la pandemia y aseguró que ningún país se esperaba un impacto como este e indicó que la emergencia sanitaria precipitó la crisis del modelo neoliberal.

Detalló que en su gobierno se está priorizando a los más pobres, a las pequeñas empresas y negocios familiares, por lo que se les ha dado apoyos con el objetivo de que puedan solventar los gastos ante las dificultades económicas.

En sólo tres meses se han otorgado 1 millón 278,000 créditos y llegaremos a 4 millones a finales de año. Además, se está impulsando la creación de 2 millones de empleos nuevos”, dijo en su discurso.

Asimismo, Andrés Manuel López Obrador previó que con la puesta en marcha del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se atraería la inversión extranjera, lo que daría como resultado más oportunidades de negocio para empresarios y comerciantes, y de esta manera se crearían más y mejores empleos.

En este mensaje a la nación, el mandatario también justificó su viaje a los Estados Unidos para sostener una reunión con su homólogo Donald Trump.

Además de enlistar los logros de su gobierno a dos años de tomar el mando del país, el jefe del ejecutivo recalcó los trabajos que se han hecho en búsqueda de justicia para el caso de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa y las muertes de los menores de la Guardería ABC. (El Heraldo 29/08/20).

Sin menoscabo de los cuatro espacios especiales que se ha diseñado para ofrecer sus informes, habrá que decir que su conferencia matutina conocida como “La mañanera”, es virtualmente una plataforma a modo en la que el presidente habitualmente comunica lo referente a los asuntos mediáticos mostrando “sus datos”, y combatiendo a quienes se atreven a discrepar o mostrarle información diferente a la que él posee.

Un ejemplo de ello es lo ocurrido la mañana de este lunes, cuando una reportera preguntó su opinión sobre la encuesta del periódico Reforma, en la que se muestra una caída entre la aprobación de la gente y contestó que dicha herramienta de medición había sido “cuchareada”, además de que se dirigían las preguntas a “intelectuales orgánicos”. AMLO aseguró que él tenía su propia encuesta en la que le dan 65 por ciento de aprobación, así como otra en la que 70 por ciento de los encuestados quieren que se quede y 25 por ciento que se vaya, y remató citando una encuesta internacional de jefes de estado en la que, según él, aparece en segundo lugar.

López Obrador seguramente replicará en el informe presidencial que rendirá mañana esta misma información. Y a pesar de que ningún rubro favorece su quehacer gubernamental, repetirá como es costumbre que todo va muy bien.

Lo cierto es que su propio gabinete se ha encargado de desvelar la deteriorada situación en los temas que les ocupan.

Por ejemplo, hace un par de días el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, puso cara a la situación económica al advertir con una lapidaria frase que, “México vivirá la crisis más fuerte desde 1932”, y que “se acabaron los ‘guardaditos’”. Para los buenos entendedores, dijo que hay que esperar lo peor porque no habrá recurso que alcance y adelantó un recorte en el Presupuesto de Egresos de la Federación que presentará a más tardar el próximo 8 de septiembre a la Cámara de Diputados.

En Seguridad el tema es igualmente negativo. El Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, reconoció apenas hace una semana incremento en diversos rubros, tales como homicidios y delincuencia organizada. De acuerdo a su estadística “en cifras absolutas, a nivel nacional, se registraron de enero a julio de este año 20 mil 494 homicidios, es decir, un incremento de 1.6 por ciento respecto a 2019, aunque de acuerdo a cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública(SESNSP) el reporte es aún más catastrófico ya que de acuerdo a sus números de enero a julio es de 25 mil 52 homicidios dolosos en todo el territorio nacional, que sumados al año anterior, dan un acumulado de 60 mil 826 en lo que va del sexenio.

También reconoció Durazo incremento en los delitos de delincuencia organizada que aumentaron 59.7 por ciento en 2020 en comparación con 2019.

Y ya que hablamos de temas catastróficos, habría que mencionar los estragos de la pandemia, dado que fue el propio doctor Hugo López Gatell, Subsecretario de Salud, quien habló de ese escenario cuando se llegase a 60 mil muertes y al día de hoy ya se rebasan los 64 mil en todo el país.

En el tema Anticorrupción, una bandera que ha ondeado López desde todas sus campañas y sigue siendo su estandarte aún como presidente, habrá que decir que hasta el momento su más importante logro es la detención del ex director de Petróleos Mexicanos (PEMEX), Emilio Ricardo Lozoya Austin, pese a que esta se consiguió en el extranjero gracias a las autoridades españolas que posteriormente autorizaron su extradición. Luego entonces, el susodicho se acogió al criterio de oportunidad y el presunto logro ha quedado en entredicho, dado que nadie lo ha visto en nuestro país, se le protegió para que no pisara la cárcel simulando una enfermedad que lo mantuvo en un hospital privado, se le escondió de la prensa, se filtró su declaración, se exhibió esta como triunfo toda vez que involucra a altos funcionarios de administraciones pasadas y se hizo circular un video de ex funcionarios panistas contando dinero, pero sin presentar una sola prueba, para colmo, una investigación de “Mexicanos contra la corrupción”, ha revelado hoy que “Las pruebas sobre el financiamiento electoral de Odebrecht en 2012, que Emilio Lozoya entregó para no ser encarcelado, estaban en poder de la PGR, hoy Fiscalía, desde septiembre de 2018, según consta en un expediente que tienen en su poder.

En contraparte, se mantiene a la ex Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles en prisión desde hace ya más de un año, siendo que acudió voluntariamente a declarar -tras ser acusada de permitir el desvío de fondos públicos por unos 255.6 millones de dólares a través de universidades públicas y empresas fantasma-. El juez de control le impuso prisión preventiva por riesgo de fuga al detectar que poseía una licencia de conducir vinculada a un domicilio distinto al declarado.

A la empresa editorial “Nexos”, la Secretaría de la Función Pública (SFP) le impuso una inhabilitación de dos años para recibir publicidad y una multa de casi un millón de pesos, al considerar inaceptable que “se enriquezcan con adjudicaciones directas”, luego de que la publicación proporcionara “información falaz, con total falta de ética y legalidad”.

En cambio, no se ha medido con la misma vara para sancionar a familiares del presidente de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlet, o a los parientes del Director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, quienes han utilizado las posiciones de sus parentela para ganar licitaciones de gobiernos locales y federales incluso aprovechando para vender a sobre precios. Nada tampoco prosiguió a que se ventilara la presunta falsificación del título de John Ackerman, esposo de la Secretaria de la Función Publica (SFP) Irma Eréndira Sandoval, o que una investigación periodística diera a conocer las múltiples propiedades de esta pareja siendo que una de ellas habría sido un regalo del gobierno de la Ciudad de México.

También ha quedado hasta ahora en el aire el asunto del video en que el hermano del presidente recibe bolsas de dinero de un operador político del ex gobernador de Chiapas por el Partido Verde, Manuel Velasco.

De tal suerte que, aún habiendo bastante qué detallar de cómo se gastaron “los guardaditos” y cómo se han dilapidado miles de millones de pesos en apenas 8 meses de gobierno, incluidos los casi 300 mil millones que dejaron los gobiernos anteriores; aún teniendo mucho que explicar respecto a las malas estrategias para combatir la pandemia y las fallidas maniobras para amainar la inseguridad, o la infructuosa lucha contra la corrupción, seguramente, a menos que nos sorprenda con algo fuera de lo común, escucharemos una vez más del presidente que, “Esta crisis es pasajera, transitoria. Pronto regresará la normalidad, venceremos al coronavirus, reactivaremos la economía y México seguirá de pie, mostrando al mundo su gloria y su grandeza”, tal como lo dijo el 5 de abril, porque en el mundo de AMLO, nada va mal, aún cuando pareciere que el país se cae a pedazos. No está de más decir que a nadie le interesa que le vaya mal al presidente, así que ojalá pueda ver que no vamos bien y dé un golpe de timón a tiempo.