Uno de los hombres  más inteligentes que conozco, me comentó por teléfono que le llamaba la atención el nombre de la columna de Ernesto Villanueva, “Criptocracia”. Bromeamos un poco acerca de si eso no es lo mismo que “cleptocracia”.

Después de esa llamada, le pregunté a otra persona: ¿Qué carajos significa “criptocracia”? Me contestó, sin más: “gobierno en la sombra”. En Wikipedia obtuve una mejor respuesta:

“El término gobierno en la sombra, (conocido también como criptocracia o gobierno invisible) es una idea basada en el hecho de que el real y verdadero poder político no radica en los representantes políticos electos por la población, sino por personas con gran influencia y autoridad dentro de ciertos estamentos gubernamentales que ejercen poder en la sombra, es decir más allá del control de las instituciones democráticas. Según esta creencia, el funcionario gubernamental electo (elegido) sería en realidad un subordinado del gobierno en la sombra, que son realmente el verdadero poder ejecutivo”.

Así las cosas, ¿quiénes mandan en México?

Ya lo sabemos:

Carlos Slim, de Carso

Emilio Azcárraga, de Televisa

Bernardo Gómez, también de Televisa

√ María Asunción Aramburuzabala, de Tresalia Capital

José Antonio Fernández, El Diablo, de Femsa

Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca

Alberto Baillères, de Grupo Bal

Pedro Aspe, de Evercore

Ismael El Mayo Zambada, del Cártel de Sinaloa

Claudio X. González, de Kimberly Clark

Alejandro Junco, de Reforma

Carlos Salinas de Gortari, ¿de todas las anteriores?

Y algunos pocos más…

Ellos integran la criptocracia mexicana o, como la llama Andrés Manuel López Obrador, la mafia del poder.

¿Esa criptocracia es sinónimo de cleptocracia?

Primero definamos “cleptocracia”?

Dice el Diccionario de la lengua española: “Sistema de gobierno en el que prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos”.

Dice Wikipedia: “Cleptocracia (del griego clepto, 'robo'; y cracia, 'fuerza' = dominio de los ladrones) es el establecimiento y desarrollo del poder basado en el robo de capital, institucionalizando la corrupción y sus derivados como el nepotismo, el clientelismo político y/o el peculado, de forma que estas acciones delictivas quedan impunes debido a que todos los sectores del poder están corruptos, desde la justicia, funcionarios de la ley y todo el sistema político y económico”.

Ni duda cabe, en México “criptocracia” y “cleptocracia” en muchos casos son sinónimos. No todos los poderosos que mencioné son rateros. Pero la mayoría, sí. Raterazos. A ver si no se me enoja El Mayo por incluirlo en esa lista.