Es de gente bien nacida, el ser agradecida.<br>
Refrán popular
Al presidente López Obrador se le desea una pronta y adecuada recuperación. No se le desea ni el covid ni el viacrucis que este significa. Y, al igual que cientos de miles de mexicanos, se quiere para él su completo restablecimiento.
Algunos individuos, como ha sucedido con otros presidentes, no han tenido buenos deseos para con AMLO. Pero en general miles, millones han pedido por él (no importa el credo o la ausencia de este). Se puede NO comulgar con la visión y gestión gubernamental, pero no por ello se le desea el mal a la persona que las impulsa.
Conociéndolo, Andrés Manuel regresará con nuevos bríos a la esfera pública. No sabemos si ‘al tercer día’ o después de tres semanas, pero retornará con ánimos renovados y posiblemente reinventado.
Lo dije ayer y lo sostengo: dado que es un hecho que sus mañaneras, sus giras y sus eventos ya no podrán ser ‘como los de antes’, eso llevará a que el ejecutivo federal se invente nuevas formas y escenarios para continuar su gira eterna.
¿Qué nueva comunicación se sacará de la manga el macuspano? ¿Qué hará el presidente? ¿Retomará el Auditorio Nacional? Lo llenó en el 17 cuando presentó a su posible gabinete. ¿Llenará el Azteca? Ahí cerró su campaña en el 18. ¿Irá por el Foro Sol? ¿Pensará en la gran Teotihuacán, como un recordatorio de la historia de México? ¿Regresará al Zócalo lugar de tantas evocaciones? Sabemos que le quedará corto al pueblo de México cualquiera de esos escenarios.
Y dado que apelará a la realidad que por el momento marca no tener grandes congregaciones, deberá ser algo aún más grande. Quizá una convocatoria virtual que llegue a todos los rincones de la república.
No, no se puede desestimar a López Obrador. Nadie lo haga. Ni propios ni extraños, ni partidarios ni opositores. Él ha demostrado su capacidad de salir fortalecido ante cada nueva adversidad. Y esta infección no será la excepción.
Es un ‘animal político’ bajo la concepción aristotélica del término; quien respira, duerme y vive por la política, sin importar que ahora detente la Silla del Águila.
Así, el primer mandatario regresará a por sus fueros. Se le reconoce su talento de grillo, de candidato, de encandilador y encantador. Se reinventará con más vigor (Jesús Ramírez dixit).
Podemos estar seguros, tendrá una vacuna infalible a la vista. Y no, no será la rusa, la china, la de Pfizer o de AstraZeneca; para él, la inoculación serán las elecciones de junio. Sabe que, para ganarlas, no bastan sus candidatos. Conoce a la perfección que no hay nada mejor que tenerlo a él, ‘vivito y coleando’.