“Tenemos que abrirnos al mundo. No considerar que el desastre está fuera, sino que arde como una fogata en el propio comedor de nuestras casas. Es la vida y nuestra tierra las que están en peligro.”
Ernesto Sábato
“-Mírame. Soy un desastre.<br>- Te estoy mirando... Y eres preciosa. Eres una chica preciosa, inteligente y auténtica. Ray no es el último hombre del que te vas a enamorar. Te aseguro que no lo es.”<br>
De la película ‘Someone Like You’.
¿Crisis en Pemex?
‘La soberanía energética’, el motor que salvaría la economía nacional, una de las presunciones de la 4T, sufre el peor descalabro de la historia. Los resultados financieros presentados por Pemex para el 2020 señalan la friolera pérdida de 481 mil millones de pesos, un incremento del 38.2% sobre las pérdidas del 2019. Y eso que las mermas de la empresa al cierre del 2019 fueron por 346 mil millones de pesos, casi el doble que en el 2018.
La sangría de Petróleos Mexicanos en los dos años de administración lopezobradorista equivale a casi siete años del presupuesto de Salud para toda la nación. Las del 2020 son del orden de haber adquirido 260 veces el avión presidencial TP-01.
A eso se suma que la semana pasada el gobierno federal le otorgó a la empresa un nuevo estímulo fiscal por 73 mil millones de pesos; dinero que básicamente se sustrajo de las arcas nacionales para perderlo irremediablemente.
La palanca de desarrollo que presume Andrés Manuel López Obrador, está rota. Pemex es literalmente un barril sin fondo, pues no importando todos los recursos que le inyecte el gobierno o, bien, aunque la administración federal le aligere su carga fiscal, la empresa igual se mantendrá quebrada.
No hay forma de que Pemex salga avante
Es de tal tamaño la crisis económica que atraviesa (o en la que está ahogada), que Pemex es hoy por hoy la empresa petrolera más endeudada del mundo. Pierde dinero en todos sus rubros: producción, refinación, logística y comercialización; una empresa que antes de pagar impuestos presenta pérdidas por decenas de millones de dólares.
Parte del problema es que su estrategia de negocio se basa en una necedad: la de abarcar todas las líneas que lo conforman. Eso y el insistir en una falsa autosuficiencia como país.
Veamos, Pemex quemó cada minuto de este año, 2 mil 500 vacunas Pfizer (20 dólares la vacuna). En ese sentido, no importando la cantidad de recursos públicos que le ha inyectado o le siga inyectando la administración gubernamental el turno, no hay forma de que Pemex salga avante.
La idea de mantener las diversas ramas de Pemex funcionando solo ha resultado en las pérdidas que hoy se presentan, las que estamos pagando como mexicanos y, lo peor, que seguiremos pagando mismo cuando ya no existan, por ejemplo, automóviles de combustión interna...
La refinería de Dos Bocas, asociado al plan de negocios de Pemex, es otro proyecto que además arrasa con el medio ambiente, y que mañana, cuando por fin entre en funciones, presentará más pérdidas que posibles utilidades. Su esperanza de vida es mínima. Y esto no solo por una pésima gestión; también por la forma en que el mundo está evolucionando. Pero la 4T no quiere entenderlo.
AMLO, y la necedad de salvar a Pemex
El costo de la política energética ya no solo se mide en términos económicos, también hay las pérdidas ambientales muy considerables. En nuestro país, la temperatura promedio aumentó este año en un 1.4ºC, casi 50% más de lo que subió en el resto del mundo (0.98º C). Los expertos asumen que este calentamiento acelerado se debe al carbono negro que se produce por la quema de diésel y combustóleo en México. Y ello derivará en costos de salud para una buena parte de la población.
El presidente de México insiste en endeudar al país para salvar a una empresa sin futuro. La ilusión de López Obrador, una idea que data de los años sesenta, hace de Pemex el mayor desastre nacional. Un desastre que nos terminará de hundir en términos de salud, ecología y economía. Tenemos un gobierno enamorado del pasado y al mismo tiempo alejado de la realidad.
Pobre país.