La denuncia de un estudiante de economía, que en época de pandemia logró conseguir un trabajo en otra ciudad, que invirtió todos sus ahorros para viajar, pero se topó con la deshumanización y abuso de empleados de Viva Aerobús – muy bien adiestrados – empeñados en hacer del viaje de sus pasajeros un dolor de cabeza, le costó el trabajo, sus ahorros y la humillación de empleados – R. I. Martínez y José H. B. Vázquez – ya denunciados ante la Comisión de Derechos Humanos y ante el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación CONAPRED. Empleados que burlándose de él, al vaciar su maleta –dijeron – que su ropa, la tirarían a la basura, para qué humillarlo por cobrarle ochocientos pesos más, que no pudo pagar, pero que dejaría perder, para no perder el avión, pero que al final por el capricho de estos dos empleados, que no lo dejaron subir al avión, lo perdió todo.

Rabia e impotencia contenida provocan las injusticias, las discapacidades a veces se pueden disimular, pero las personas con deficiencia auditiva no son fáciles de identificar, no se trata de ir por la vida cargando un certificado de discapacidad, que ya serlo, implica discriminación.

Comúnmente esta línea aérea se anuncia con los precios más bajos del mercado, ello provoca que las personas de pocos recursos caigan en la trampa, pero cuando el cliente comienza a hacer la compra, entonces le cobran por todo, el perfil de sus clientes permite que los traten con discriminación, como delincuentes, con desprecio e insolencia, en la perspectiva de la aerolínea, justifica que sus clientes sufran vejaciones y malos tratos, porque son pobres y pagan poco, se lo merecen. Es ese universo de compradores que no cuentan con recursos suficientes y que por necesidad son clientes cautivos de Vivaaerobus.

Viva Aerobus es la línea aérea con más quejas y abusos denunciados ante PROFECO, sin que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes intervenga, más aún, pareciera que solapa los abusos de la aerolínea.

El trámite ante PROFECO significa perder el tiempo y aunque a la larga pueda ganarse, los empleados que son prepotentes y groseros con el usuario, gozan plenamente de impunidad, quienes debieran dar un servicio y agradar a sus clientes, pareciera que disfrutan ejerciendo el pedazo de poder que seguramente alimenta su ego enfermizo, dañando la economía de sus ingenuos pasajeros.

Viva Aerobus es una línea aérea que ha crecido con el engaño de que el cliente pagará menos y finalmente pagan el doble por exceso de equipaje. El cinco por ciento de clientes engañados terminan pagando mucho más que lo que pagarían en otra línea aérea, un kilo de excedente de equipaje cuesta lo mismo o más que lo que se pagó por el pasaje, su actitud engañosa bien documentada jurídicamente se viste de fraude maquinado. Para colmo, nadie de Vivaaerobus da la cara ni responden, total, todos sus clientes son ocasionales porque son clientes pobres. Para cuando vuelvan a volar ya se les olvidó el mal trato.

El caso del joven con discapacidad auditiva, discriminado por Vivaerobus, no excluye a quienes no hagamos uso de esa aerolínea pero sí nos conmueve la deshumanización con que son tratados sus clientes solo por ser pobres y no pagarles el exceso de equipaje equivalente a dos kilos que es el peso de su libro de Economía, el “Samuelson” sobrepeso cuyo costo es superior al precio del boleto del pasajero.