“Hay que tener la mente abierta, pero no tanto como para que se salga el cerebro.” Anónimo
Este mes saldrá a la venta Windows 8, el “nuevo” sistema operativo de Microsoft, sucesor del tristemente celebre Windows Vista y el mejor recibido Windows 7. Windows 8 estrenará la interfaz Metro para las computadoras “tradicionales” (laptop y escritorio), llevando la misma experiencia que se tiene actualmente en los teléfonos equipados con Windows Phone 7.
Gracias a mi trabajo, me ha tocado experimentar de primera mano con el Windows 8 desde que estuvo disponible en el MSDN (sitio de Microsoft para los desarrolladores). La propuesta original era atractiva, un arranque más rápido, una interfaz mas intuitiva, mejor manejo de archivos (sobre todo la transferencia y copia), integración con otros dispositivos y la incorporación de la interfaz Ribbon. Era una actualización que valía la pena, mejorando el sistema operativo y haciéndolo más fácil a los usuarios “comunes”.
De repente, algo paso. Decidieron incorporar la interfaz Metro encima de Windows 8, creando una amalgama bizarra y extraña. Curiosamente Windows 8, con Metro, no tiene ventanas. Las aplicaciones que sigan los lineamientos de desarrollo para Metro, deben ser de pantalla completa. No existe, tampoco, posibilidad de minimizar una “app”, o de tener dos ventanas abiertas al mismo tiempo en una misma pantalla. ¿Quieres comparar las gráficas de una presentación contra los datos de la hoja de cálculo? No en Windows 8.
Windows 8 con Metro, se siente como dos sistemas operativos, mezclando el concepto de Smartphone con el de computadora de trabajo. Y, como bien dicen, quien a dos amos sirve, con más de uno queda mal. La interfaz es molesta, incomoda, dificulta el trabajar. No se los demás, pero yo uso mi computadora para algo más que escribir frases en 140 caracteres.
Acostumbro tener 4 o 5 aplicaciones corriendo al mismo tiempo, lo cual con Windows 8 y Metro es un martirio… a menos que mande a volar a Metro. Ahí Windows 8 paga con creces.
Es irónico, recién cuando surgió Windows (por los 80’s) la gente pedía, exigía, la posibilidad de tener varias aplicaciones trabajando al mismo tiempo, varias ventanas en el mismo monitor, gráficos mas intensos y una interfaz mas intuitiva. Esto no se logro en las PC’s hasta 1994, con Windows 95. Y ahora, casi 20 años después, Windows 8 con Metro nos regresa al punto de partida: gráficos simples, aplicaciones que abarcan toda la pantalla.
Windows 8 con Metro, es un retroceso de 20 años. Y una tontería, considerando las pésimas ventas de Windows Phone.