La Academia Nacional de Medicina de México, sesionó este miércoles, para conocer la Política Nacional de Vacunación contra el SARS CoV2 y realmente había grandes expectativas de esta reunión. Ante el foro médico más alto y serio del país, finalmente conoceríamos cuál era la verdadera estrategia para la vacunación contra el coronavirus.
La sesión, en realidad, fue terriblemente decepcionante.
No sorprendió que el secretario de Salud no hablara de nada. Ni el discurso político-operativo de Zoe Robledo quien procura siempre mantenerse en el guión. Tampoco la verborrea, inventos y condescendencia de Hugo López-Gatell, ni la poca preparación profesional de Juan Ferrer. Lo verdaderamente sorprendente -y lamentable- es que en una sesión de la Academia Nacional de Medicina de México, no se hubiera cuestionado el proyecto más grande en salud de los últimos 110 años.
Fuimos testigos de una larga presentación de más de lo mismo, donde seguramente la mayor noticia es que las “Brigadas Correcaminos” ya no están conformadas por 12 personas, sino por 13. Mismas diapositivas, mismos números, mismos argumentos; como lo mencionamos, nada de esto sorprende. Lo que verdaderamente sorprende es que las mayores autoridades en la medicina de México no hubieran cuestionado con rigor, tantas faltas, tantos huecos y tantas aseveraciones sin fundamento.
Nadie, en la salud en México, tiene la autoridad que tienen ellos para calificar y auditar una política de salud; sin embargo, nadie pidió soporte científico, bibliografías o análisis que soportaran cada una de las decisiones que ahí se mencionaron.
Solo hubo tres momentos realmente interesantes de interacción. El primero, cuando la Dra. Marcela Saeb preguntó sobre cómo y cuándo serían vacunados los médicos en ejercicio privado y Hugo López-Gatell en una de sus tradicionales peroratas, respondió diciendo que esto estaba sucediendo; el único detalle, es que mencionó que los médicos del Centro Médico ABC, ya habían sido vacunados. Una mala elección de palabras. Si iba a inventar, lo hubiera hecho con otra institución. Precisamente, la doctora Saeb, quién también escribe este texto y decenas de médicos conocidos y amigos que trabajan en ese hospital, niegan siquiera haber sido informados al respecto.
El segundo momento fue la intervención del rector de la UNAM. El doctor Graue, procuró mantenerse político y correcto, dirigiéndose siempre al secretario de Salud, pero aprovechó para recordarle a López-Gatell, que la UNAM se encuentra lista para entrar en acción y participar activamente en la campaña de vacunación… si se lo pidieran. Fue ignorado.
El cuestionamiento verdaderamente serio provino del doctor Enrique Ruelas, expresidente de la ANMM. Dirigiéndose directamente a Hugo López-Gatell, no tuvo empacho en preguntarle por qué se había dejado a un lado la experiencia enorme en vacunación que México había adquirido durante décadas y ahora se daba paso a nuevas brigadas. Aprovechó también para preguntar qué es lo que había cambiado en la política nacional de vacunación contra el SARS CoV2, por lo que ahora se estaban agregando “nuevas poblaciones” (que ni siquiera aparecen en las diapositivas), en clara referencia a la vacunación de los maestros de Campeche.
La respuesta fue un verdadero disparate. Según el subsecretario de Salud, el reto es mucho más grande… y por ello no se utiliza absolutamente nada de la infraestructura probada, pero se improvisa inventando nuevas brigadas y estableciendo un proceso logístico en manos de alguien tan impreparado como Juan Ferrer. Argumentando que tenía prisa para llegar a la conferencia vespertina, López-Gatell abrevió su respuesta, dio las gracias y se retiró.
Esa fue toda la reunión. Nada nuevo. Más de lo mismo. Como se trataba de conocer “La Política”, nunca se mostró una estrategia verdadera. Los mismos dibujitos, los mismos buenos deseos.
Y si, es verdaderamente preocupante cuando los académicos más importantes en la medicina en México, prefieren no cuestionar a los políticos. Se entiende que no es fácil, se entiende que es incómodo; pero México vive la peor epidemia en 110 años y ha cobrado la vida de 170,000 personas (en las cifras oficiales). Tal vez este era el momento de ser inquisitivos.
Algunos de nosotros esperábamos realmente que la ciencia hubiera tomado el control.
Sobre el autor y la autora
Marcela Saeb (@MarcelaSaebL) es médica dermatopatóloga. Xavier Tello (@StratCons) es médico cirujano y analista en políticas de salud.