El beisbol hizo justicia esta temporada en las Grandes Ligas, pues las Medias Rojas de Boston, mejor equipo del año, se coronaron campeones de la Serie Mundial tras derrotar en el quinto juego a los Dodgers de Los Ángeles en el mismísimo Dodger Stadium. 

Clayton Kershaw fue el encargado de abrir el juego por parte del equipo angelino; sin embargo, tan solo en la primera entrada sufrió un vuelacercas de dos carreras por parte de Steve Pearce, quien ya pintaba para convertirse en el MVP de la serie. 

Los Dodgers recortaron distancias de inmediato, pues prácticamente el primer lanzamiento de David Price fue conectado por David Freese, quien mandó la pelota por encima del muro. 

Fue hasta la sexta entrada que Kershaw volvió a permitir un cuadrangular, esta vez por parte de Mookie Betts; mientras que en la séptima permitió otro vuelacercas de J.D. Martínez, lo que provocó su salida de la lomita para dejarle el lugar a Pedro Báez, quien permitió otro jonrón en el octavo rollo a manos de Steve Pearce. 

Por su parte, Price tuvo una soberbia actuación desde el montículo haciendo una labor de siete entradas en las que solo permitió tres hits y dos bases por bolas antes de ser reemplazado por Joe Kelly, quien tuvo una actuación dominante para sacar los tres outs en la octava entrada. 

Chris Sale, quien fue clave para alentar la remontada en el cuarto juego, fue el encargado de sacar los tres últimos outs ante Alex Turner, Kiké Hernández y Manny Machado, a los que sacó en orden para consumar la victoria y el campeonato para las Medias Rojas de Boston.  

El ganador del partido fue David Price, quien tuvo una soberbia actuación desde la lomita, mientras que el perdedor fue Clayton Kershaw, quien pudo haber jugado su último partido con los Dodgers. El Jugador Más Valioso de la temporada (MVP) fue para Steve Pearce, quien se llevó el trofeo Willie Mays por sus tres cuadrangulares y ocho carreras producidas durante la serie. 

De esta manera los dirigidos por Alex Cora, quien realizó un gran trabajo en su primera temporada al frente del equipo, culminan una temporada prácticamente perfecta en la que fueron el mejor equipo de las Grandes Ligas con un récord ganador de 108 juegos ganados por 54 perdidos y en la que dejaron en el camino a otros dos grandes equipos como los Yankees de Nueva York, a los Astros de Houston, quienes defendían el título, y finalmente a los Dodgers de Los Ángeles. 

Con su noveno Trofeo del Comisionado, cuarto en este siglo (2004, 2007, 2013 y 2018), se colocan como el tercer equipo más ganador en la historias de las Grandes Ligas, solo por debajo de los Yankees de Nueva York (27) y de los Cardenales de Arizona (11) y empatados con los Atléticos de Oakland y los Gigantes de San Francisco. 

Mientras que los Dodgers de Los Ángeles pierden su segunda Serie Mundial de manera consecutiva, lo cual deja muy cuestionada la continuidad del manager Dave Roberts, quien fue duramente criticado a lo largo de la postemporada por sus decisiones polémicas que probablemente le costaron juegos importantes al equipo.