La emblemática norma de los Yankees de Nueva York que prohibía a sus jugadores lucir barba y bigote llegó a su fin tras casi medio siglo.

La regla, implementada en 1976 bajo la dirección de George Steinbrenner, formaba parte del estricto código de imagen que buscaba proyectar disciplina y profesionalismo en los Yankees.

Ahora, los peloteros podrán dejar atrás la afeitadora sin temor a represalias.

Oficial: Yankees permitirán el uso de barba y bigote

Los Yankees de Nueva York han puesto fin a casi cinco décadas de su icónica política. A partir de ahora, los jugadores y el staff podrán lucir barbas y bigotes, siempre que estén bien cuidados.

Hal Steinbrenner, presidente y socio gerente de los Yankees, anunció la modificación de esta regla tras consultar con diversas figuras vinculadas a la franquicia.

“En las últimas semanas he hablado con un gran número de ex y actuales jugadores, de varias épocas, para conocer sus puntos de vista sobre nuestra política de vello facial y cuidado personal, y agradezco sus comentarios sinceros y variados”, señaló.

La decisión no fue tomada a la ligera. Steinbrenner explicó que estas conversaciones “son una extensión de un diálogo interno en curso que se remonta a varios años atrás”, reflejando que el cambio era una posibilidad contemplada desde hace tiempo.

“Después de una gran reflexión, modificaremos nuestras expectativas para permitir que nuestros jugadores y personal uniformado tengan barbas bien cuidadas en el futuro”, afirmó Steinbrenner, marcando así el inicio de una nueva etapa en la apariencia de los Yankees.

Comunicado Yankees

¿Por qué los Yankees tenían prohibido usar barba y bigote?

Durante más de cinco décadas, los Yankees de Nueva York mantuvieron una política estricta contra el uso de barba y bigote, una regla que se remonta a 1976, cuando George M. Steinbrenner adquirió el equipo.

Steinbrenner se inspiró en normas militares para implementar esta medida en los Yankees, convencido de que la disciplina y el orden comenzaban por la apariencia.

La norma, sin embargo, nunca fue del agrado de todos. Muchos jugadores, al abandonar la franquicia, aprovechan la libertad para dejarse crecer la barba.

A pesar de su rigidez, la política se mantuvo intacta por décadas, convirtiéndose en una de las señas de identidad más conocidas de los Yankees.