Emilio Azcárraga Jean, dueño del Club América, fue captado jugando Futbol 7, con sus amigos, en una cancha por el rumbo de Constituyentes.
La familia Azcárraga ha sido por muchos años gran fanática del futbol. No por nada desde 1959, se hicieron del Club América, con la misión de volver en uno de los equipos más grande de México.
Y ya se vio, que el ser amantes del balompié, no es sólo como observadores, sino que también lo practican. El Diario Récord reveló unas imágenes de Emilio Azcárraga Jean, jugando una “cascarita” de Fut 7 con sus amigos.
Azcárraga se le vio jugando como defensa central, como último hombre, “derrochando” un poco de clase. Eso sí, sin correr mucho. No se supo cuál fue el marcador final, pero se habla de que el equipo de don Emilio, ganó. Siempre gana.
¿Cuál ha sido la relación de los Azcárraga con el Club América?
El empresario televisivo Emilio Azcárraga Milmo, compró el Club América al dueño de los refrescos Jarritos, Isaac Besudo por 4,256 mil pesos.
La consigna del “Tigre” Azcárraga, era volver a los entonces llamados canarios, en el equipo “malo” del futbol mexicano, y rival directo del Club Deportivo Guadalajara, que construía el “Campeonísimo”.
Azcárraga trajo a los mejores jugadores, directivos y entrenadores del momento, como a Guillermo Cañedo e Ignacio Trelles, presidente y entrenador del extinto Zacatepec para comenzar a conformar la historia del equipo azulcrema.
En los 80, llegó la transformación del equipo americanista, al ponerles el sobrenombre de Las Águilas, lo que coincidió con la mejor época de la institución, al ganar cinco campeonatos.
Emilio Azcárraga Jean y su administración en el Club América
En 1997, tras el fallecimiento de Emilio Azcárrago Milmo, su hijo Emilio Azcárraga Jean se hizo cargo de los negocios, entre ellos del Club América.
Bajo la administración de Azcárraga Jean, las Águilas han ganado cinco títulos de Liga MX, una Copa MX, dos Campeón de Campeones, y tres de la Concacaf Liga de Campeones.
La estrategia comercial se ha basado en refrendar que el equipo es uno de los más grandes de México, pero también, de los más odiados.