No solamente son los ocho partidos sin ganar del Club Pumas, que desde la llegada de Dani Alves no han podido disfrutar de la victoria.

También hay un desinterés contundentemente comprobado de los directivos de los Pumas.

Todo apuntaba a que el pasado fin de semana, ante Club Chivas en Guadalajara aparecieran los directivos de alto caché.

Que en las más malas del equipo los apoyaran, fueran solidarios y estuvieran al pendiente de lo que sucediera con sus amados Pumas, pero no fue así.

En el Akron el directivo de más alto nivel, el que llevó toda la responsabilidad de las necesidades y quien tuvo que ejercer el liderazgo perdido, fue el jefe de prensa Pablo Macedo.

Y es que resulta que la plana mayor estaba en la gran fiesta de Leopoldo Silva, presidente del club, ese mismo señor que le dio su palabra de honor a Daniel Alves que debía jugar los minutos que él quisiera.

Si, así como lo leen, el presidente y sus directivos de alto nivel, los que deben también dar la cara y ser solidarios en las crisis prefirieron cruzar brindis, degustar de la alta cocina y deleitarse de lo buenos y costosos vinos.

Club Pumas se cae a pedazos

Lo del Club Pumas es vergonzoso, pues apenas suman 9 raquíticos puntos de 33 posibles, lo que deja en claro la crisis que atraviesa el equipo de Andrés Lillini.

Pero no todo es culpa del técnico sudamericano y de los jugadores, sino, precisamente, de la fiestera directiva, que hizo hasta lo imposible por traer un bombazo de 39 años.

Lillini tuvo que armar el equipo en función de Dani Alves y ahí los resultados; no sólo no han ganado desde que llegó para la Jornada 5, sino que además acumulan vergonzosas goleadas.

Cierto es que hace unos ayeres los Pumas no eran candidatos al título, pero lo menos competían. Hoy se caen a pedazos y son penúltimos, sí, penúltimos de la general.

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